Los tremendos errores que cometes al hacer café y que arruinan tus desayunos

Hay una serie de errores fatales al hacer café que pueden echar a perder tus desayunos sin remedio

Los tremendos errores que cometes al hacer café y que arruinan tus desayunos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

¿Cuántas veces has escuchado decir a alguien de tu entorno que sin café no es persona por las mañanas? Se trata de una de las bebidas que más nos acompañan a diario, tanto en el desayuno como a lo largo de cada jornada. Sin duda, España es uno de los países en los que menos se puede vivir sin café: hablamos de un consumo de 4,5 kilos por persona al año de la que es la segunda mercancía más comercializada del mundo.

El café nos despierta, nos activa, nos prepara para afrontar el día con energía o para recuperar fuerzas en momentos de cansancio. Tampoco es recomendable pasarse con su consumo, pero tomarlo con moderación nunca viene mal.

Los errores que cometes con el café

A pesar de todo, hay una serie de cuestiones a tener en cuenta para tomar el café de elaboración propia de forma adecuada y no equivocarnos a este respecto. Si no quieres arruinar el sabor y las propiedades de esta bebida, debes evitar a toda costa los errores que señalamos a continuación.

No tener cuidado con el agua

El agua que empleemos para elaborar nuestro café debe ser limpia y estar libre de impurezas. Hay que evitar el agua del grifo y filtrarla y/o purificarla en la medida de lo posible. Lo ideal sería usar un líquido elemento con una dureza de entre 17 y 85 miligramos por litro.

Subestimar la temperatura

Hay mucha gente que disfruta al tomarse el café excesivamente caliente. Incluso 'ardiendo'. Por mucho que te guste el café muy muy caliente, lo cierto es que los expertos nos dicen que la temperatura ideal del que nos tomemos debe estar entre los 40 y los 50 grados. Como nos pasemos de este baremo, podemos arruinar el café.

Los tremendos errores que cometes al hacer café y que arruinan tus desayunos

Dejar de prestar atención a la cafetera

Tiene que estar limpia y en buen estado. Si no, corremos el riesgo de que las bacterias le den mal sabor al café. Hay que prestar especial atención al filtro de la cafetera, clave para la elaboración y también foco principal de suciedad. No hay que llevarse las manos a la cabeza con el aguachirri, que puede ser la mejor solución (al ser menos fuerte) para personas con problemas digestivos.

Es fundamental dejar la tapa de la cafetera abierta cuando lo estamos haciendo. Así, el café respira: el sabor queda condicionado si cerramos la cafetera.

No a los vasos de plástico y ojo con las variedades de café

Salvo que sea algo inevitable, no debemos beber el café en vasos de plástico, ya que este material contamina el sabor. Además, hay que tener bien clara la distinción entre el café arábico, de origen en Etiopía y cultivado en América, África y Asia, y el café robusto, más fuerte y ácido y con mayor cuerpo. Brasil, Angola, Camerún, Costa de Marfil y Uganda son los principales países cultivadores de esta variedad.

Si tenemos en cuenta todos estos consejos, seguro que nuestro café será fantástico y no habrá que lamentar ningún tipo de equivocación fatal. Es algo muy del día a día, así que más vale que podamos disfrutar del café en condiciones.

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