El riesgo las piscinas hinchables en terrazas: ¿Hasta qué peso pueden soportar?

El año pasado conocíamos que dos personas habían resultado heridas tras derrumbarse el techo de una vivienda unifamiliar en Elda (Alicante) al no aguantar el peso de una piscina desmontable instalada en su terraza. El forjado y las vigas colapsaron al no poder soportar los 8000 litros de sobrepeso.

Lo cierto es que con el calor, se dispara la venta de piscinas hinchables y prefabricadas. El problema es que todos los sitios no son aptos para colocarlas. Los profesionales advierten año tras año del riesgo de instalarlas en terrazas, balcones y azoteas para evitar precisamente sucesos como el de Elda.

Precisamente en Herrera en COPE, el aparejador, Francisco Oliveres ha advertido de estos riesgos y ha recordado la necesidad de realizar un estudio previo antes de instalar en casa una de estas piscinas. “Hay que ver en qué año se construyó el edificio, y a partir de ahí evaluar sus parámetros estructurales -vigas o pilares- para ver dónde se puede instalar".

La sobrecarga que puede soportar un piso no puede ser mayor de los 200 kilos por metro cuadrado

La sobrecarga que puede soportar una cubierta que inicialmente no estaba calculada para este sobrepeso, "no puede ser mayor de los 200 kilos por metro cuadrado" que aunque pueda parecer mucho lo cierto es que una la piscina con tan solo 20 centímetros de agua, ya alcanza esa cantidad".

Un metro cúbico de agua pesa mil kilos, una tonelada

CRITERIO TÉCNICO

Precisamente arquitectos, arquitectos técnicos y administradores de fincas han insistido en la necesidad de ponerse en manos de profesionales a la hora de instalar una piscina hinchable en un edificio. “Sin comprobar la viabilidad de la instalación pueden producirse daños en las estructuras y que la seguridad de las personas se puede ver amenazada”, ha advertido el secretario general del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), Laureano Matas.

La instalación requiere el permiso de la junta de propietarios

En este sentido, el presidente del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), Alfredo Sanz Corma, ha insistido en que un edificio está calculado para unos usos determinados. “Si introducimos variables que los alteren puede verse comprometida alguna parte de su estructura. Es imprescindible que, antes de instalar una piscina portátil en un forjado, se consulte con un técnico competente, para no comprometer su estabilidad".

COMUNIDAD DE VECINOS

Además recuerdan que la "instalación requiere el permiso de la junta de propietarios porque supone alterar elementos comunes de los inmuebles”.

El forjado que sustenta esa estructura "es un elemento común del edificio y por tanto, el deseo de instalar una piscina en la azotea debe comunicarse a la comunidad de propietarios desde el primer momento, junto con el informe técnico correspondiente. Además, en aquellas piscinas que pudieran ser objeto de uso comunitario este informe técnico contará con las especificaciones propias sobre las limitaciones de uso, aforo y sanitarias".