¿Realmente solo tenemos 5 sentidos?

Siempre hemos creído que la vista, el oído, el olfato, el tacto y el gusto son los únicos sentidos que poseemos, pues esto no es del todo cierto, ya que según los agrupemos o definamos podemos tener hasta más de 20.

Es muy complicado delimitar los sentidos; ni siquiera los investigadores se ponen de acuerdo en cuanto a su número y clasificación. Su estudio lo realizan diversas ciencias, como las neurociencias, la psicología cognitiva y la filosofía de la percepción.

La RAE define ‘sentido’ como el proceso fisiológico de recepción y reconocimiento de sensaciones y estímulos que se produce a través de la vista, el oído, el olfato, el gusto o el tacto, o la situación de su propio cuerpo (sentido del equilibrio).

SENTIDOS ADICIONALES

Los cinco sentidos tradicionales, el oído, la vista, el olfato, el tacto y el gusto, son por todos conocidos, pero poseemos otros sentidos adicionales, que son menos populares.

La termorrecepción es el sentido por el cual un organismo percibe temperaturas. La sensación de temperatura radica en dos cualidades 'antipodas', que son la sensación de calor y la sensación de frío.

La nocicepción es la percepción del dolor. Es un proceso neuronal mediante el cual se codifican y procesan los estímulos potencialmente dañinos contra los tejidos. Se trata de una actividad sensitiva del sistema nervioso central y periférico producida por la estimulación de unas terminaciones nerviosas libres especializadas llamadas nociceptores o "receptores del dolor" .

La propiocepción o sentido kinestésico, nos permite saber donde se encuentra cualquier parte de nuestro cuerpo en todo momento y sin necesidad de estar viéndola.

La equilibriocepción o sentido del equilibrio, es posible gracias al sistema vestibular (situado en el oído interno) que está relleno de líquidos y nos permite coordinar nuestros miembros.

Estudios de la Universidad de Washington en St Louis, Estados Unidos muestran que podría descubrirse un "sentido de alerta" al peligro, ubicado en la corteza cingulada anterior del cerebro, y que sería otra forma de protegernos de potenciales peligros.

Como hemos podido comprobar, es un mito eso de que solo existen 5 sentidos. Pero son otros muchos los mitos sobre el cuerpo humano. El libro ‘El libro gordo del retrete’ (Oberon) repasa algunos de ellos:

¿Sólo usamos el 10% de nuestro cerebro?

Está más que probado que utilizamos todas las áreas de nuestro cerebro, incluso cuando estamos tumbados en una hamaca o en el sofá de casa. Hay zonas especializadas que usamos por ejemplo cuando caminamos, eso no significa que el resto de zonas del cerebro estén ‘dormidas’.

La lengua está dividida en partes especializadas en los distintos sabores

Los receptores del sabor están repartidos por toda la lengua. Si no que se lo digan a este niño, la primera vez que probaba un helado.

¿El alcohol mata neuronas?

Ya sabemos que el consumo excesivo de alcohol no es para nada recomendable, si se consumen grandes cantidades de alcohol durante mucho tiempo, las conexiones neuronales se dañan, causando atrofia y degeneración de estas, pero esto no implica que las mate. Lo que está más que probado es que su consumo perjudica las áreas del cerebro involucradas en el aprendizaje, la memoria y las funciones cognitivas.

¿El frío provoca resfriados?

Los resfriados se contagian por unos virus que viajan en las gotitas que expulsamos al hablar, toser o estornudar. Cuando hace frío estamos más tiempo en lugares cerrados con más personas, lo que facilita el contagio. Se relaciona el frío con sistemas inmunes más débiles, lo que puede favorecer la transmisión de la enfermedad.

¿Bañarnos después de comer provoca un corte de digestión?

Cuántas veces en verano nuestros padres nos han dicho que nada de bañarnos después de comer… ¿realmente pensaban que podíamos tener un corte de digestión o querían disfrutar de una siesta tranquilos?

El corte de digestión existe y se llama ‘síncope de hidrocución’ pero no tiene que ver con el baño después de la comida. El cambio brusco de temperatura en nuestro cuerpo es lo que lo provoca. Si en el proceso de la digestión el cuerpo entra en contacto brusco con bajas temperaturas, la sangre se reparte por el cuerpo para contrarrestar la pérdida de calor y esto es lo que origina mareos y vómitos,

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