El sencillo truco con el que sabrás si un zapato es realmente de tu talla: puede no corresponder con tu número

Aunque sepamos nuestro número de calzado hay veces que nos cuesta decidir si nos sienta bien. El problema es que todas las hormas de zapatos son iguales. Los hay más estrechos, afilados, de diferentes materiales, con o sin tacón, y todo influye a la hora de conseguir que el calzado nos siente como un guante. Más que un número concreto, lo importante es que estemos cómodos con el zapato elegido.

Llevar un calzado cómodo es importante ya que nuestros pies soportan todo el peso del cuerpo. Además en ellos se juntan multitud de huesos, articulaciones, nervios o ligamentos, lo que hace que debamos extremar aún más su cuidado.

El problema es que muchas veces en la tienda nos sentimos bien con ellos,y cuando comenzamos a caminar, es cuando vemos que nos presionan determinadas zonas del pie, haciendo que suframos con cada paso. Hay que recordar que el zapato debe proteger el pie y no torturarlo.

QUÉ DEBE DE TENER UN ZAPATO

Por eso, un buen calzado debe reunir una serie de catacterísticas. Por un lado el material utilizado debe de ser transpirable -nunca plástico- para que, con suela de material flexible y no deslizante, y tacones que no superen los tres/cuatro centímetros. Tampoco debe ser completamente plano. El revestimiento interno debe de ser suave y que sujete bien el pie.

A lahora de elegir el zapato, también debemos tener en cuenta el terreno sobre el que vamos a usar el calzado, ya que debemos elegir unas zapatillas adaptadas a los distintos caminos. No es lo mismo caminar por ciudad que en el monte, donde el pie tiene que soportar distintos desniveles.

Y por supuesto el número debe ser adecuado a nuestro pie. Nunca debemos de comprar un zapato, como si fueran unos vaqueros, es decir, esperando que se dilaten con el uso y se amolden a él. Los materiales son diferentes y lo único que conseguiremos será perjudicar al pie.

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¿CÓMO ACERTAR?

Entonces, ¿cómo acertar? Lo primero que debemos de tener en cuenta es que el pie entre sin realizar un gran esfuerzo. Después caminar para ver si nos encontramos cómodos con él y que no nos hace rozadura en ningún sitio, ya que a la larga puede favorecer los indeseados juanetes o callos.

Recuerda también que los dedos del pie deben de tener libertad, por eso lo mejor es probarse el calzado del pie ya que en esta posición los dedos el pie se aplastan y ocupan mayor superficie.

Por la misma razón, y para evitar sorpresas, es preferible que te pruebes los zapatos a última hora del día, cuando tenemos los pies más hinchados.

El segundo paso es comprobar si el número se ajusta a nuestro pie. Para ello debemos introducir el pie en el calzado y con los cordones desatados, empujar el pie hacia delante. A continucación solo tenemos que tratar de introducir el dedo índice en la parte posterior. Si somos capaces y lo hacemos de forma sencilla, sin apenas presionar, es que hemos dado con el número correcto.

SI hablamos de calzado de montaña, habrá que sumarle entre medio centímetro y uno más a ese número, de forma que evitemos que en las bajadas los dedos presionen contra la puntera de la bota.

CONSECUENCIAS DE UN MAL CALZADO

Un calzado con punta demasiado estrecha, puede favorecer los juanetes. El calzado demasiado plano, como las sandalias, puede favorecer la fascitis plantar. Los hongos pueden hacer su aparición si elegimos un mal calzado que no deje traspirar el pie. También pueden provocar dedos en garra, lesiones, acortamiento del tendón de Aquiles, uñas encarnadas...

Y sobre todo ante la aparición de cualquier problema, debemos consultar con un especialista.