OPINIÓN
Confieso que a veces me fijo en los zapatos de las personas, no es que sea una manía ni lo hago por nada en especial, simplemente, a veces, como por casualidad, mi mirada se fija en ellos y algo me transmiten. Así, me encuentro con zapatos relucientes, de fiesta, con los que tienen tacón y marcan el paso al andar, y con zapatos que no destacan por nada en especial. Pero los que más me gustan son esos zapatos que se notan que están trabajados, que con ellos se han recorrido muchos caminos, que están gastados porque con ellos se han prestado muchos servicios. Entonces me fijo en la persona y, normalmente, es una persona que se entrega a los demás, que no le duele andar, caminar, calzarse esos zapatos el tiempo que haga falta para ayudar a construir caminos, para aportar su granito de arena a que otros puedan CAMINAR en mayúsculas. Me encanta la gente que desgastan sus zapatos en causas nobles y justas, no te ponen piedras en el camino, al contrario, te facilitan que te levantes cada vez que tengas una caída.