Se retira a final de temporada

Sue Bird, una de las mejores jugadoras de la historia de la WNBA, recibe su última ovación en La Gran Manzana

Sue Bird está ante su última temporada y todos los pabellones se rinden a la leyenda de las Storm. La última gran ovación, en el Madison Square Garden, en su Nueva York natal.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Sue Bird, a sus 41 años, ya anunció que esta sería su última temporada en la WNBA. Tras 21 años como profesional y siempre defendiendo la camiseta de las Seattle Storm, la neoyorquina hizo oficial este anuncio a través de sus redes sociales: "He decidido que este será mi último año. Me encantó cada minuto y todavía lo hago, así que jugaré mi último año, igual que esta niña jugó el primero".

Tras anunciarlo el pasado 16 de junio, toda la WNBA, marcas patrocinadoras y aficionados se volcaron para que esta última temporada de Sue Bird se convirtiese en una despedida cada noche en todos los pabellones en los que jugase. Este domingo, la capitana de las Storm visitaba por última vez un espacio emblemático en el mundo del baloncesto, el Madison Square Garden, precisamente el pabellón de la ciudad de Nueva York, su ciudad natal.

Ganadora del título en tres decadas distintas, algo que solo ha conseguido Bird, en 2004, 2010, 2018 y 2020 su leyenda se agranda con las estad´siticas de toda una carrera plagada de exitos y siempre en defendiendo la camiseta de las Storm. Es la máxima asistente de la historia de la liga con más de 3.000 pases de canastas, la única jugadora en jugar al menos 500 partidos, en concreto 559 y todos ellos de titular, es la segunda máxima triplista en la historia, cuarta en robos de balón y séptima en puntos. Pero el dato que le eleva al olimpo del baloncesto femenino es que en sus 21 temporadas en Seattle, ha anotado o asstido en el 27,5% de las canastas anotadas en la historia de la franquicia del estado de Washington.

Pero además de todos estos logros, Sue Bird ha sido sobre todo consciente de lo que neceista una estrella para alcanzar la gloria, rodearse de buenas jugadoras. Para ello Bird ha renunciado a grandes contratos que le ha ofrecido su equipo para que la franquicia de Seattle pudiese destinar el presupuesto en contratar a jugadores de nivel estelar y conquistar la WNBA.

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