Juegos Olímpicos | Seguridad

Atacan un autobús de periodistas en Río de Janeiro

Un autobús de la organización de los Juegos, en el que viajaban 12 personas, fue atacado con piedras. Las ventanas estallaron y uno de los pasajeros sufrió heridas leves.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Un autobús de la organización de los Juegos de Río para el traslado de periodistas y voluntarios entre sedes olímpicas fue atacado en una zona del oeste de la ciudad. El autobús, que circulaba por una ruta creada para los Juegos, transportaba a un grupo de periodistas de Diodoro al parque olímpico de Barra de Tijuca, cuando fue atacado con piedras. Como consecuencia del ataque, los cristales estallaron y al menos uno de los ocupantes resultó con heridas leves. El vehículo estaba ocupado por doce personas, nueve extranjeros y tres brasileños. El Comité organizador ha abierto una investigación para determinar las circunstancias del asalto. Tras el incidente, los autobuses que se ocupan del traslado de prensa y delegaciones olímpicas desde Diodoro fueron escoltados por patrullas militares. El pasado sábado, un disparo impactó en la sala de prensa del centro de hípica de los Juegos, también en Diodoro, sin provocar heridos. El disparo se produjo fuera de la sala de prensa, perforó la lona de la instalación y la bala fue recogida en el suelo en el interior de recinto. Fue una "bala perdida que no tiene nada que ver con los Juegos Olímpicos o la familia o la prensa. La zona no era un objetivo", subrayó entonces un portavoz de la organización. Miembros del Ejército reforzaron la seguridad en la zona donde fue atacado el autobús. Los soldados ocuparon las pistas de la llamada vía Transolímpica en Curicica, barrio de la zona oeste de Río de Janeiro, en donde se produjo el incidente del que aún se investiga si el ataque fue a pedradas o a balas de bajo calibre.El plan para garantizar la seguridad de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, reforzado en las últimas semanas tras los atentados terroristas de las últimas semanas en Europa y Oriente Medio, es el mayor ya desplegado por Brasil para un evento. El plan prevé la movilización de cerca de 88.000 policías, guardias y militares, de los que 22.000 son miembros de las Fuerzas Armadas. El decreto que permite que militares patrullen las calles de Río de Janeiro prevé su uso para reforzar la seguridad en vías estratégicas para los Juegos Olímpicos, atracciones turísticas como el Cristo del Corcovado y zonas de amplia concentración de aficionados como Copacabana y el revitalizado puerto de la ciudad.