Tiempo de Juego

Jacinto Vidarte: de jefe de prensa de Contador a voluntario en Uganda

"Busqué la forma de reinventarme. Ayudar es muy bonito; ya no por lo que haces, sino por las cosas que ganas".

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Jacinto Vidarte: de jefe de prensa de Contador a voluntario en Uganda

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Alberto Contador se retiró en 2017 y su jefe de comunicación, Jacinto Vidarte, llega un día en que dice que se va a colaborar con una ONG a Uganda. De periodista a voluntario porque le apetecía cambiar de vida. Y le ha cambiado totalmente la escala de valores. Su cambio de vida se lo debe a un proyecto, a un colegio: la Fundación Rafiki Carmen Pérez González. "Busqué la manera de reinventarme porque me apetecían cosas nuevas, experiencias de este tipo. Me puse en contacto con la gente de Rafiki y rápidamente me puse a trabajar. Das el salto y lo haces, no hay que darle muchas vueltas", dijo en Tiempo de Juego. Así de simple.

Tampoco hace falta saber mucho del lugar de destino: "Cuando nos fuimos, sabía muy poco de Uganda y lo que me iba a encontrar. Aterrizas y llegas muy perdido. Todo el mundo es muy hospitalario y enseguida te colocas. Cuando dejas de ver asfalto y llegas a los caminos de tierra te preguntas que dónde has llegado".

Jacinto estuvo acompañando a Contador prácticamente durante toda su carrera deportiva. El salto fue brutal: "No sabes la cantidad de cosas de las que puedes prescindir hasta que llegas a un sitio como este. Somos muy, muy, muy privilegiados". 

En el Colegio había en torno a 300 estudiantes, con uniformes donados desde España. Allí, eres un voluntario más en el que, según cuenta, uno hace de todo: "Empiezan a presentarte necesidades y las vas resolviendo como puedes. Lo último que hice allí fue solucionar una cocina. Le dije al presidente que yo ni soy arquitecto ni nada. Me dijo que lo pintara e hiciera un bocetillo, y ya veríamos".

También ha hecho de mecánico de bicis: "Nos regalaron 62 bicis de segunda mano y me ha tocado ponerlas un poco al orden. Lo suyo es que se las ganen, tampoco puedes darles cosas a cambio de nada. Hay niños que tienen 4 años y viven a más de 5 kilómetros, van y vienen andando".

Finalizada su experiencia, "volvería, aunque necesito un periodo de reflexión. Allí ahora se necesitan profesores, el nivel de enseñanza es bajito. De no mejorarlo, estarán condenados".

"Es muy bonito ayudar. Hay momentos en que lo pasas un poco apretado, pero la gente te lo agradece, y ya no es lo que haces, sino las cosas que ganas", finalizó.

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