Procesión extraordinaria mariana
La efusión mariana colapsa Jerez, que resolvió como pudo la llegada de los pasos a la Plaza de la Asunción
La Magna observa tal ambiente en la ciudad que, en especial las imágenes que habían de llegar por Tornería, comenzaron a retrasarse, generando cortes y acceso de las cofradías tal y como podían ir llegando
Jerez - Publicado el - Actualizado
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María Santísima, a cuya dedicación se han empeñado los cofrades jerezanos en el gran lío de la Procesión Magna, quiso que, pese a las mil puntadas dadas durante meses y meses al magno proyecto, todo saliera adelante con grandes dosis de actuación de la Divina Providencia. Todo estaba calculado, pero quizá, no del todo en lo que se refiere a la cantidad de gente que atestaría la calle Tornería, dificultando al borde de lo imposible el acceso de los pasos, la mayoría de los 36 previstos, al punto de partida del camino común: la Plaza de la Asunción.
El ambiente no podía ser más bonito a lo largo de todo el día. Y la llegada de miles y miles de visitantes estaba dando mucho movimiento a la hostelería del centro de Jerez. De Sevilla, Dos Hermanas, Lebrija. Córdoba, Antequera, Málaga, Huelva, Cádiz, San Fernando, Sanlúcar, Arcos, Rota... Andaluces, en su mayor medida, tampoco faltaron otros acentos patrios en las calles de una ciudad de punta en blanco y con la sorprendente ocupación de sillas desde la hora de almorzar. Ganas había. Tantas que unas horas después ocurriría lo que ocurrió.
Monseñor José Rico, el obispo de Jerez, y otras representaciones religiosas; la alcaldesa María José García-Pelayo y otras autoridades civiles, las 14.000 sillas ocupadas en Carrera Oficial... Y los pasos en la calle. Y la expectación en la Plaza de la Asunción, entre cuyo monumento al Dogma que da nombre al lugar y la fachada plateresca del Cabildo Viejo, había de ocurrir, ante la tribuna oficial, el milagro de la alineación, paso a paso, de la Procesión Magna. Ya hemos divulgado lo más llamativo que nos esperaba. Solo faltaba que todo saliera bien.
Todo brillaba. El primer tercio de las cofradías previstas fueron llegando sin grandes problemas, ocupando sus lugares, eligiendo para la entrada en la Carrera marchas muy clásicas como 'Nuestro Padre Jesús' o 'Jesús de las Penas', otras más cercanas a su repertorio habitual en Semana Santa, las rigurosas que no suelen llevarla aprovechando el glorioso momento que se les presentaba, muchas tirando de la obra del más sublime compositor jerezanos del género: de Germán Álvarez-Beigbeder escucharíamos 'Amargura jerezana', 'Desamparo' o 'Cristo de la Expiración y tantas otras.
Pero apareció un primer corte en la sucesión de pasos. Y ante la prolongación del mismo, se decidió que Paz y Aflicción, de la Coronación, no siguiera esperando y se anticipara a las que ya estaban colapsando Tornería y, por ende, Cristina y hasta la Porvera. La primera, Confortación. Así se entraba en el segundo tercio que a los cortes sumaba el desorden de acceso. Encarnación tras Confortación y, a partir de ahí, lo que se pudo hasta alcanzar las diez últimas que, mantenido el desorden, al menos fueron sumándose sin huecos.
Al do de pecho dado por el consejo de la Unión de Hermandades, con el presidente José Manuel García Cordero al frente, se sumó la implicó personal de sus miembros en la resolución de una situación nada deseable, pero que puso en evidencia la solidaridad entre cofradías y la predisposición a que todo se resolviera. Las cosas venían así y de poco servía pensar que pudo pedirse en aforamiento de Tornería o incluso hacer la Carrera Oficial en sentido contrario, que hay más vías de acceso de inicio. Y también más costumbre. Funcionamiento de pasos de peatones incluidos.
Fue posible, pese al gran sudoku que constituyó, conocer qué imagen de María Santísima era la que iba llegando en cada momento, abstraerse del lío y entregarse a la oración mariana más recurrente en cada caso. Así, en medio del bullicio, las avemarías, los "bendita sea tu pureza" o las salves brotaban de un modo u otro. Y los vivas a tal o cual advocación. El cumplimiento, en suma, del objetivo de la convocatoria: la preparación del Jubileo que llega en 2025, al estilo de la piedad popular andaluza. Follón incluído, que así de exuberante es la cosa aquí.