La Virgen de la Soledad visita el cementerio de El Puerto de Santa María

La condición festiva de este Día de Todos los Santos, que siempre ha favorecido cada 1 de noviembre las visitas a los cementerios y columbarios en la víspera del de los Fieles Difuntos, ha vuelto a llenar los lugares sagrados en los que reposan los restos de los seres queridos. Las estampas de camposantos llenos de visitantes son recurrentes un año más. Pero en pocos entornos de enterramientos se ha producido una tan especial como la de este lunes en el de El Puerto de Santa María.

La imagen de la titular mariana, de la Real, Ilustre, Fervorosa y Muy Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Madre y Señora de la Soledad, Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y San Francisco de Paula, se ha hecho presente, sobre unas andas, entre los muchos visitantes que, de este modo, han recibido la confortación de María Santísima en una jornada tan llena de melancolía y recuerdos. La iniciativa ha cobrado cuerpo en plena recuperación del culto externo que se viene protagonizando tras haber pasado lo peor de la pandemia y ha sido muy agradecida por los portuenses en general.

Los cofrades de la Soledad ya salieron a las calles en junio pasado en Rosario Vespertino de Acción de Gracias por la remisión de la pandemia impulsado por el grupo joven de la Hermandad y el director espiritual de la misma y rector de la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros Coronada, el sacerdote Antonio Sabido Salguero. Pero entonces estuvo presidido por el Simpecado de Nuestra Madre y Señora de la Soledad.

El recorrido en esta ocasión, especialmente emotivo y ya con la presencia de la imagen, ha contado con la compañía de muchos hermanos de esta cofradía y fieles en general. Han estado encabezados por el párroco de Nuestra Señora de los Milagros que, desde la misma Basílica Menor de la Patrona, ha ido instando al rezo del Santo Rosario durante todo el recorrido. El cortejo ha transcurrido por San Juan y calle Zarza. Y al llegar ha sido recibido por la delegada municipal María del Carmen Lara. Unas preces y el ejercicio del Vía-Crucis ha completado este acto piadoso antes del regreso de la comitiva a la sede canónica.

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