Medio ambiente
La nueva técnica para sembrar árboles que utilizan en la Sierra de Cádiz
Algodonales, uno de los mejores lugares para practicar parapente, contribuye a la repoblación de pinsapos, el abeto que crece en latitudes más sureñas de todo el mundo
Jerez - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Hasta el alcalde se ha prestado a ello. El Programa de Recuperación del Pinsapo en la Sierra de Líjar lo demandaba y el Ayuntamiento de Algodonales ha pedido la colaboración de voluntarios y pilotos de parapente para que esparcieran desde el aire semillas de este árbol, tan singular que se trata de la sorprendente especie de abeto capaz de crecer en latitudes del mundo más sureñas. Y en el pueblo ha respondido hasta el regidor, Ángel Acuña Racero. Así, si perplejos deja la presencia de árboles de este tipo en climas mediterráneos (pese al microclima generado en la Sierra de Grazalema), no se queda corta la provechosa iniciativa a la que se invita a una actividad meramente lúdica y deportiva hasta el momento.
Los cielos de estos rincones de la provincia de Cádiz se pueblan con facilidad, desde hace décadas, de estas alas que prometen aventura. Algunas empresas, de hecho, explotan el soporte necesario para los avezados practicantes así como abren vías a la iniciación en esta experiencia de vuelo. Ahora se ha encontrado un modo de comprometerlos en una actividad de protección medio ambiental y la idea ha calado con fuerza. Se trata de llegar a lugares de difícil acceso y, hasta el momento, los pinsapos plantados, con edad entre 1 y 8 años, van camino del millar. Además, se han sembrado 15.000 semillas, algunas germinando ya. Esta colaboración de los practicantes de parapente ha producido ya el esparcimiento de 10.000 semillas.
ALGODONALES ES LA ZONA DE VUELO MÁS INTERNACIONAL DE ESPAÑA
Con apenas 6.000 habitantes, Algodonales reparte su caserío en la falta de la Sierra de Líjar, un maravilloso balcón hacia el valle que favorece que se convierta en espléndida plataforma desde la que se lancen al aire los practicantes de parapente, ala delta o paramotor desde mucho tiempo. Ya ha acogido campeonatos del Mundo, España y Andalucía, incluso los Juegos Aéreos Mundiales. Zona de vuelo, por tanto, más internacional de nuestro país, también es un pueblo tranquilo que, más allá de aquellos de la Sierra de Cádiz quizá más populares, ofrece grandes atractivos. Ahora podrá reconocérsele también su capacidad de generar campeones medio ambientales. En la sangre llevan desde luego esa bravura que les hiso enfrentarse a las tropas napoleónica en 1810.
El idilio de Algodonales con el vuelo nace cuando a fines del pasado siglo XX se reconoce las facilidades que ofrece este enclave, un paraíso para ello sin nada que envidiar a otros como famosos por favorecer esta práctica como Turbón en Huesca, Organyà y Montsec en Lleida, la cántabra Liébana, la colina del Cuervo en Gijón, la Ría de Muros y Noia en Pontevedra, Piedrahita en Ávila, La Muela en Guadalajara u otros como la Sierra de Guadarrama o la costa alicantina. En Algodonales, además, adoptan un plus de gran interés general: esta plantación que tanto bien permite para la repoblación de esta especie dada a conocer en 1837 por el suizo Edmond Boissier. El pinsapar de la zona lo agradece ya.
También te puede interesar:
Conoce el árbol del pistacho, uno de los más antiguos del mundo
La ciencia gaditana sigue descubriendo especies: ahora un nuevo caracol en El Endrinal
¿Qué sabes del pangolín, ese extraño mamífero al que se llegó a culpar del coronavirus?