Iglesia

¿Por qué miércoles? ¿Por qué ceniza? Conoce el origen de la jornada que abre la Cuaresma

Respondemos a estas preguntas viajando al siglo IV para entender mejor el signo en la frente que se adapta ante la pandemia pero mantiene su valor de invitación penitencial

¿Por qué miércoles? ¿Por qué ceniza? Conoce el origen de la jornada que abre la Cuaresma

Gabriel Álvarez

Jerez - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Hace un año ya se sabía de la existencia del virus pero no había llegado el confinamiento iniciado el 14 de marzo. Hasta entonces no se llenaron nuestras vidas de esas restricciones que marcan nuestro día a día. Nada hacía presagiar hasta donde llegarían las complicaciones cuando el 26 de febrero presidía Monseñor José Mazuelos Pérez, entonces obispo de Asidonia-Jerez y solo unos meses después de Canarias, la celebración del primer día de la Cuaresma de 2020 en la Catedral del Salvador.

Tampoco podía entonces imaginarse que habría que generar una adaptación de ese rito que desde tiempo casi inmemorial viene señalando nuestra frente. Así, mientras la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos anunciaba este martes de la víspera los cambios dadas las circunstancias, procedía recordar el origen del rito como alimento de la esperanza en que todo vuelva a ser lo más parecido a como siempre han comenzado los fieles el tiempo fuerte que conduce a la Pascua.

DEJADA CAER SIN CONTACTO

Los sacerdotes seguirán oficiando del morado que marca la llegada de la Cuaresma. Y la ceniza no dejará de ser signo de la invitación a la conversión. Hasta el "conviértete y cree en el Evangelio" sigue siendo, en boca del celebrante, la llamada formal a la penitencia que, con ayuno, limosna y sobre todo oración, nos coloca en camino desde este miércoles a 40 días del Domingo de Ramos. Pero, ¿por qué miércoles? Es más, ¿por qué ceniza? La respuesta a estas preguntas nos conducen al siglo IV.

Lo primero que es preciso explicar, desde la mera materialidad del signo, es de donde sale la ceniza que se impone en las celebraciones de este miércoles. Los ramos de olivo del Domingo de Ramos del año anterior son quemados y el resultado de esta operación es el que, previa bendición, llena las bandejas desde las que los sacerdotes han impuesto hasta el año pasado directamente sobre la frente. Este año no faltará la ceniza pero las medidas de seguridad sanitaria tienen ya nuevo modus operandi determinado.

CALCULADO SEGÚN EL 'COMPUTUS'

El Miércoles de Ceniza es móvil y puede tener lugar entre el 4 de febrero y el 10 de marzo, según la fecha en que la luna llena de finales de marzo o inicios de abril tenga lugar cada año y señale el comienzo de los 40 días previstos para preparar la Pascua. Fue en el siglo IV cuando se fijó esa duración para la Cuaresma y para su cálculo se utilizaba el denominado 'Computus'. En los siglos VI y VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal, algo que jamás ocurría en domingo por su condición de festivo. Por ello se movió al miércoles previo.

Este día, que es para los católicos de ayuno y abstinencia como el Viernes Santo, se impone la ceniza como signo de la caducidad de la condición humana ("polvo eres y en polvo te convertirás", acompañaba al gesto con anterioridad), como signo penitencial ya usado desde el Antiguo Testamento y como signo de conversión que debe ser la nota dominante durante toda la Cuaresma. Católicos y protestantes tienen el Miércoles de Ceniza como inicio de este tiempo.

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