Se compra un palacete en Cádiz por menos de 100.000 euros y al vivir ahí descubre por qué estaba tan barato: un buen susto
Él es británico y, enamorado de España, decidió ir a Arcos de la Frontera para comprarse una casa que le ha salido muy bien de precio
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Todos sabemos que uno de los grandes problemas de las generaciones jóvenes de este tiempo es el de la vivienda. Es, cada vez más difícil acceder a una propiedad, y los precios estratosféricos no hacen, sino imposibilitarlo cada vez más.
Por poner algunos datos encima de la mesa: A lo largo de 2024, la compraventa de viviendas ha estado marcada por las subidas y las bajadas en un entorno que inicialmente se vio impactado por el encarecimiento de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) para moderar la inflación, por el efecto Semana Santa y posteriormente, desde junio, por el principio del fin del ciclo de austeridad monetaria y las bajadas de tipos.
Así, en enero la compraventa cayó un 2,1 %; en febrero subió un 5,8 % tras doce meses a la baja; en marzo descendió un 19,3 %; en abril se disparó el 24 %; en mayo volvió a bajar un 21,5 %; en junio moderó este descenso al 6,1 %; en julio volvió a crecer un 19,4 %; en agosto suavizó el aumento a un discreto 0,9 %, y en septiembre disparó su alza al 41,5 %.
Y aun con todas, España sigue siendo uno de los países en los que las hipotecas son más baratas dentro de toda la Unión Europea. Sin embargo, el acceso a la vivienda no siempre es una garantía y, tener una en propiedad, no suele ser común, especialmente para los más jóvenes.
Por eso, cuando se ve una oferta que encaja más o menos con tus posibilidades y que puedes asumir, lo mejor sería cogerla en cuanto puedas una vez has discernido.
Eso sí, como en todo, tienes que asegurarte de que la casa está bien, que cumple con todas tus expectativas y que, una vez que vivas ahí, no te lleves ninguna sorpresa. O, al menos, ninguna muy grande.
Porque no queremos que te pase como a un ciudadano británico que lo dejó todo en su país para vivir en Cádiz.
Un palacete antiguo de interés cultural a su disposición
Si hay algo que les gusta a los extranjeros de España es, sin duda, su calidad de vida. Porque sí, está feo que se diga, pero nuestro país tiene un nivel de vida envidiable: desde la gastronomía hasta los paisajes pasando, por supuesto, por su gente.
Por eso, no es de extrañarnos que muchos, una vez puedan y alcancen su edad de jubilación, cojan sus bártulos y se vengan a España a vivir. Muchas veces, ni siquiera vienen alquilados, sino que se dedican a comprar casas.
Claro, que hacerlo a distancia no siempre es tarea fácil. Si no, que se lo digan a este británico que, enamorado de España, se quiso comprar una casa en Arcos de la Frontera, en Cádiz.
Para su sorpresa, vio una planta baja bastante bien de precio, por unas 110.000 libras, que resultó ser nada más y nada menos que un palacete. Dadas las dimensiones del inmueble y su interés para el patrimonio de Arcos de la Frontera, se trataba de una auténtica ganga.
Así que feliz empezó a vivir allí. Claro que a los días descubrió la verdad de por qué estaba tan barata esa casa.
La sorpresa que se lleva al vivir en su casa de Cádiz
Esta historia es tan rocambolesca que hasta el tabloide británico Daily Mail ha tenido que recogerla. Y es que este pobre británico pensaba que le había tocado la lotería al encontrar este chollo de casa pero, pronto descubriría que nada es lo que parece.
Y es que después de pasar unos días viviendo ahí, se percató de que algo estaba pasando cuando fue a la cocina. Escuchó ruido y bueno, es algo que podría haber sido normal, hasta que encontró a alguien.
Y no, no era un okupa. Encontró, en su cocina, a una mujer con su perro. "Cuando le pregunté qué diablos estaba haciendo, así fue como supe que había dos puertas que conducían directamente desde otras casas a mi cocina", le expresaba a la publicación. "Evidentemente, lo pregunté inmediatamente a mi abogada y resultó que tenía razón".
Lo cierto es que compartían cocina y, por tanto, estancias de la casa, lo que le provocó un gran susto y cambió su decisión de querer seguir viviendo en España.
Dice que estar en esa casa le ha costado su dinero (más de 20.000 euros en reformas) y, sobre todo, su salud mental. “Irónicamente mis hijos me dijeron que me iba a arrepentir de comprarme una casa en España y, desgraciadamente, tenían razón” llegaba a decir.