Preparativos y emoción en las hermandades de Córdoba en el Martes Santo

COPE ha sido testigo las horas previas a la salida procesional de dos de las seis hermandades que hoy tienen previsto su estació nde penitencia. Nos hemos sumergido en el palpitar de la Hermandad de la Sangre y de la Hermandad de la Santa Faz.

En la Plaza de Capuchinos, dentro de La Sangre, el hermano mayor, Manuel López, comparte con Fran Durán la incertidumbre que rodea a la jornada, destacando la influencia del viento en el rumbo de una nube amenazante en cualquier momento. "Esto es lo que puede ocurrir, que ahora miramos el pronóstico y de agua, y llegado el momento esas nubes rodeen la ciudad y nos permita salir", afirma López. A pesar de las condiciones adversas, la hermandad avanza en su compromiso de renovación, con especial atención al proyecto de los respiraderos de Nuestro Padre Jesús de la Sangre, un símbolo de la constante evolución y preservación del legado histórico de la cofradía.

López también destaca con orgullo el crecimiento en el número de hermanos, "especialmente entre la juventud, una señal de vitalidad y continuidad para la hermandad en los años venideros. Esto hace que la Hermandad vuelva a ser lo que ha sido, una Hermandad con clase y caché".

A pocos minutos de distancia, en la parroquia de San Juan y Todos los Santos, la Hermandad de Santa Faz se prepara para su propia estación de penitencia bajo la dirección de su recién nombrado hermano mayor, Enrique Saint-Gerons. En su primer año al frente de esta Hermandad, Saint-Gerons comparte con los oyentes, el espíritu de camaradería y trabajo en equipo que caracteriza a la Santa Faz, así como el compromiso de cada miembro para garantizar el éxito de la procesión en todas sus fases.

El ambiente sereno y organizado dentro de la hermandad es evidente, reflejando la dedicación y la pasión de aquellos que se esfuerzan por mantener viva la tradición de Semana Santa en Córdoba. Con el reloj marcando el paso del tiempo, las hermandades de Córdoba se preparan para salir a las calles, confiando en la protección divina y la ferviente devoción de los fieles para guiar sus pasos en esta jornada de reflexión y penitencia. Que el cielo, caprichoso como el tiempo mismo, les conceda un camino despejado y luminoso hacia la plenitud de su fe..