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Ayer, a las diez de la noche, me entrevistaron en Huelva Televisión sobre lo que para mi había supuesto ser 20 años alcalde de Huelva.
La entrevista me la habían hecho unos días antes. Por lo tanto, estaba en casa esperando verla como un espectador más.
Mientras llegaba la hora prevista nos pusimos a ver el telediario de la 1. “¿Estás nervioso?”- me preguntaba Carmen-.
Lógicamente, le contesté que no. Pero de verdad, de verdad, algo si estaba. Mi nerviosismo aumentó al ver las imágenes en directo de la violencia en las calles de Barcelona y escuchar las declaraciones e insultos a políticos que inducen a la violencia, formando parte del gobierno.
Creo que tenía razones para ello. Pues al comparar lo que había dicho en mi entrevista con lo que estaba viendo en la pantalla me sentía un ser de otro planeta...
¿Me habré quedado desfasado en sólo cinco años...?. ¿La entrevista será un fracaso...? Estas y otras preguntas me acompañaban mientras llegaba el momento de comenzar la entrevista.
¡Por fin llegó la hora!. Y de las primeras cosas que dije fue que “El alcalde es más que un político. Es un corazón social de la ciudad, que representa la cercanía, la escucha, la comprensión, el perdón, el dialogo, el acuerdo y el consenso.
A otra de las preguntas contesté que el alcalde es el responsable, el garante último del buen funcionamiento de los servicios públicos que se prestan en beneficio de los ciudadanos.
¿Puede haber algo más distinto, a estas dos ideas, que los actos violentos que estaba viendo en la televisión?.
El miedo al ridículo y al fracaso lo perdí conforme seguía la conversación con el joven periodista, en el precioso patio del Ayuntamiento, donde por sus columnas y soportales me parecía escuchar el eco de mi trabajo, sentimientos y emociones.
Pero la confirmación total de que no estaba equivocado, me llegó en uno de los primeros mensajes recibido: “Preciosa entrevista. Un canto al servicio publico como compromiso cívico. Hacen faltan mensajes así en una sociedad polarizada y rota. ¡Felicidades!” “BUENOS DÍAS”