Del “Rocío del amor y la caridad” (Huelva), a “Camino a la gloria” (Málaga)

Tres años han pasado entre estos dos grandes acontecimientos. Y en esos tres años, el mundo que conocimos se ha visto zarandeado de una manera que ninguno podíamos sospechar.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Tres años han pasado entre estos dos grandes acontecimientos. Y en esos tres años, el mundo que conocimos se ha visto zarandeado de una manera que ninguno podíamos sospechar, como consecuencia de la pandemia. Cuando en el año 2018 celebrábamos esa Magna rociera en Huelva, disfrutábamos de una normalidad en nuestras vidas, en la forma de relacionarnos, de mostrar nuestros afectos y de celebrar y testimoniar nuestra Fe y nuestras devociones, que entonces no sabíamos valorar ni podíamos imaginar, que poco tiempo después, nuestras vidas quedarían detenidas, en suspenso… Ahora, el pasado fin de semana, Málaga celebró otra Magna, la primera después de estos casi dos años, llenándonos de alegría y de esperanza a todos los que pudimos participar de ella, en la confianza de que sea el principio del fin de esta triste etapa, y el anuncio de la vuelta a la deseada normalidad.

En efecto, el pasado día de todos los Santos, se cumplieron tres años de uno de los acontecimientos de los que guardo más grato recuerdo, y que supuso uno de los más importantes momentos para la devoción rociera en nuestra provincia; “El Rocío del Amor y la Caridad”.

Convocados por la Hermandad Matriz y por las Hermandades de Huelva y Emigrantes, nos dimos cita en la ciudad, todas las Hermandades y devotos del Rocío de nuestra diócesis, para hacer una profesión pública de la Fe que profesamos los rocieros, en la que tenemos por modelo a María, la Virgen del Rocío, la que nos señala el camino a su Hijo, el Pastor divino, al mismo tiempo que queríamos manifestar nuestro sentido de pertenencia a la Iglesia de Cristo, nuestra plena comunión y filial adhesión a la misma, a nuestro Obispo y al Santo Padre.

En el contexto del centenario de la coronación canónica de la Virgen, desde la Hermandad Matriz, tuvimos claro que debíamos organizar un magno acontecimiento en Huelva, y que éste había de ser uno de los ejes principales de dicha celebración. Por ello, decidimos hacernos presente en Huelva, con nuestro Simpecado, que por primera vez pisaba las calles de Huelva, para presidir aquel singular acontecimiento. Todo ello cristalizó finalmente en el “Rocío del Amor y la Caridad”.

Quedarán para siempre en nuestra memoria y en nuestro corazón, aquellos inolvidables días en Huelva, y todos los actos que habíamos programado y pudimos celebrar; desde el santo Rosario en la tarde del viernes, seguido con el mayor fervor y de forma multitudinaria, desde que salió desde la Santa Iglesia Catedral, hasta el monumento a la Virgen en la Plaza del Punto y el posterior traslado popular hasta la Hermandad de Huelva, o ya el sábado, aquella bellísima Misa Pontifical en la Avenida, en el mismo lugar que celebrara la Eucaristía hace 25 años, San Juan Pablo II, y la posterior procesión solemne por las calles de Huelva.

La siguiente primavera, celebrábamos Pentecostés, la Romería del centenario (quién nos iba a decir, que sería la última que íbamos a celebrar desde entonces) y la Venida de la Virgen, como cada siente años, a su pueblo de Almonte. Y a los pocos meses, llegó la pandemia, y todo cambió, todo se paró.

Hasta ahora, casi dos años después, cuando hace un par de meses, la incidencia empezó a bajar, se eliminaron la mayoría de las restricciones y se permitió el culto público. En muchos lugares de nuestra Andalucía, pudimos acompañar a las Imágenes de nuestra devoción, que volvían a salir en procesión por las calles de nuestros pueblos y ciudades.

Y así, el pasado fin de semana, para celebrar el centenario de su Agrupación de Cofradías, Málaga vivió un día grande, con esa Magna “Camino a la Gloria”, que pudimos disfrutar los que hasta allí nos acercamos. Y fue realmente excepcional, porque por primera vez después de la pandemia, pudimos ver esas bellísimas Imágenes, de enorme arraigo y devoción popular, en procesión por las calles y sin restricciones; en sus espléndidos tronos, llevadas por sus portadores, esos hombres de trono, acompañadas por magníficas bandas de música…. y con una enorme cantidad de cofrades y devotos. Porque allá llegaron gentes de toda Andalucía, deseando reencontrarnos con lo que tanto nos gusta y necesitamos.

Cuánto disfrutamos con la Virgen de la Esperanza, cuya intercesión pedimos para tantas necesidades que llevamos en nuestro corazón, o con el Cristo de la Buena Muerte, de la Congregación de Mena, escoltado como siempre por la Legión, con Jesús el Rico, o con la Virgen de los Dolores coronada, de la Hermandad de la Expiración, también acompañada por la Guardia Civil a caballo, con sus uniformes de gala, y así hasta las dieciséis imágenes que salieron a la calle….

Fue todo un éxito, y acierto de organización, haciendo bien las cosas, para reencontrarnos con nuestra anhelada y necesitada normalidad. Además, Málaga nos ofrece también estos días, esa magnífica Exposición en la Catedral, “El Verbo encarnado”, que en realidad es una veneración, donde podemos rezar ante María Stsma. del Rocío, la “Novia de Málaga”, o ante Jesús Cautivo.

Tres años han pasado entre aquella inolvidable Magna Rociera de Huelva, y esta reciente Magna malagueña. Confiemos en que sea este el inicio de una nueva etapa, en la que vayamos dejando atrás la pandemia, y podamos volver a nuestras vidas de siempre. A la vuelta de la Navidad, tras los rigores del invierno, vendrá la prueba definitiva: la Semana Santa y la Romería del Rocío. Quiera Dios que todo siga evolucionando favorablemente, y podamos celebrar y disfrutar de las más grandes manifestaciones de piedad popular, que conoce nuestra tierra. Lo ponemos manos del Señor y de la Virgen.

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