Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Ayer se celebró el juicio contra el actor y ateo Willy Toledo, por “insultar” a Dios y a la Virgen, en su pagina de Facebook.
Veía la televisión, el telediario, cuando apareció en pantalla Willy, gritando:: ¡Yo me voy a a seguir cagando en Dios y en la Virgen las veces que quiera, para eso soy ateo...”
Estaba exaltado. Nervioso. Las venas de la gargantas estaban a punto de rompérsele. En la calle había una decena de cámaras de televisión. Willy, como actor que es, hablaba mirando al objetivo.
Lo tenía todo estudiado. Mientras que ante al juez manifestaba: “no haber tenido interés en ofender a los católicos, con sus palabras en Facebook”, en la calle, en cambio, expresaba lo contrario.
Aquí, ante las cámaras de televisión, el actor, parecía representar el papel del hombre posmoderno y ateo. No sé cual será su tipo de ateísmo. Si es católico, musulman o si es un ateísmo esencial total.
No es lo mismo ser ateo (mantenerse al margen de Dios), pero con educación y respeto a los creyentes, que el “ateísmo” negativo, irrespetuoso y ofensivo de Willy Toledo.
Al ver como Willy nos amenazaba con seguir insultándonos los sentimientos de los católicos (1.500 millones), las veces que le saliera del “alma” me acordé del pasaje evangélico,: “Cuando Pedro se acercó y le dijo: Señor, ¿cuántas veces he de perdonar al hermano que me haga daño...?. ¿Hasta siete?”. Jesús le dijo: “No te digo siete, sino hasta setenta veces siete...”.
Qué contrate, ¿verdad?. Pues el actor también piensa seguir insultando a la Virgen Maria, por ser la elegida: “El ángel Gabriel le dijo: ¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo...!”
El actor debería saber que la Virgen, desde hace dos mil años, es llamada bienaventurada por todas las generaciones, es guía, maestra y modelo del “amor sin frontera”, incluido los “ateos”.
Yo soy, por supuesto, respetuoso con su ateísmo, pero él también debería serlo con quienes, por la fe cristiana, creemos ser hijo de un Dios Padre, que nos ha dado la vida y la libertad.
Hijos de un Dios que respeta mis decisiones y, si me equivoco, nos perdona, nos acoge, nos abraza y celebra una fiesta cada vez que nos acercamos a Él (Parábola del hijo Pródigo)
Los abogados de Willy han basado su defensa en el argumento de que Dios y la Virgen no son “personas”, en el sentido como está definido el concepto en el Código Civil.
Pero olvidan que los católicos tenemos además otro código el del alma: la fe, las emociones y los sentimientos.
Por ello, al rezar el padrenuestro y él avemaría, decimos: “Padre nuestro que estás en el cielo...”, . “Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo...” ¡BUENAS TARDES!