"Ley de la cosecha"

“Pedro, en la vida, cada uno recoge lo que siembra. Y, además, lo que se siembra se cosecha en mayor cantidad”.

Este resumen de la ley de la cosecha no la hacía un filosofo ni un erudito, sino un trabajador de Astilleros, jubilado hace años.

Nos encontramos con él, junto al Paseo de la Ría: “¡Hola!, amigos, aquí estoy echándole de comer a mis “niños”, como todos los días, Por algo, me llaman el alcalde del Muelle del Tinto...”.

Curiosamente, este hombre tiene mi mismo nombre y apellido. Con una personalidad arrolladora, por su espontánea locuacidad, constancia y ser incasable al desaliento.

Estros valores que le motivan a no faltar, ni una mañana, a la siembra en la ría del Odiel, aún sabiendo que la cosecha (peces) no se puede recoger el mismo día, sino que lleva un proceso de tiempo.

Antes de la conversación con “el alcalde del Muelle”, habíamos visto como uno de los pescadores, al final del Muelle, había logrado capturar una hermosa Dorada de más de medio kilo.

Tan importante pesca, nos hizo pensar, por un momento, en una posible relación de causa (siembra)- efecto (Dorada), algo que, enseguida, descartamos por no ver a mi tocayo con tanta influencia para ello.

“EL ARTE DEL ENCUENTRO”

Esta historia sencilla y humana nos puede servir como símil para reflexionar sobre el modo de organizar nuestras vidas.

Vivimos muy deprisa y queremos sacar fruto Inmediato de todo: en la ria del Odiel, en la fierra cultivada de fresas, o en cualquier otro ámbito familiar, económico y social.

Pero. como escribo más arriba, la cosecha no se puede recoger el mismo día de la siembra, ni mucho menos.

En la vida, hay un tiempo para cada cosa: preparar el terreno, plantar la semilla, cuidar su crecimiento y recoger los frutos de la cosecha.

La ley de la cosecha es infalible: cada uno recoge lo que siembra. Si siembras trabajo, recogerás éxitos. Si siembras amor, recogerás felicidad. Mientras que si siembras vientos, recogerás tempestades. O sea, que lo que damos es lo que obtenemos en la vida.

Como dice, Facundo Cabral: “La vida es el arte del encuentro”. ¡BUENOS DÍAS!