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Una imagen de un amplio grupo de rocieros, andando por los caminos al Rocio, se hacia viral en las redes sociales, ayer.
¿Qué es esto? - pregunté-. “Somos cuatro generaciones de la familia Millán que hace cuatro años comenzamos a hacer una “peregrinación” al Rocio”, junto a amigos próximos.
Las fotos del camino y la fe expresada de los “peregrinos”, me ha impulsado a escribir sobre los “rocieros de ida y vuelta”.
Son esos que, cuando llevan tiempo lejos de Ella, sienten la necesidad vital de volver, como sea, al amor de la Señora, a impregnarse de la misma luz y fuego del lunes de Pentecostés.
Anoche llamé a Paco Millán para que me contara sus sensaciones del camino. Pienso que me pudo haber dicho: “Ha sido una “peregrinación” de un centenar de rocieros de ida y vuelta necesitados de volver a Ella”.
Pero no. Eran tantas las emociones y sentimientos que, como suele ser común, tenia dificultades para nombrar lo que sentía.
Me repetía una y otra vez: “Todo ha salido muy bien. Ha sido maravilloso ver en el camino a una niña con cuatro meses (hija de Maria y Paco Mora), a un peregrino de 75 años y a familias completas...”.
A la familia Millán, como a tantas familias onubenses, la identifican sus experiencias, emociones del camino y su fe a la Virgen del Rocio.
¿Qué tendrá el camino que, con tanta ilusión, esperan cada año, miles de personas?. ¿La belleza del paisaje: los pinos, los helechos y el romero...?. ¿Las promesas que han de cumplir, y andar sin haber dormido...?.
Hay quien en el camino aprendió que “un sueño de amor puede abrirse como una flor, y como una flor morir, pero en su breve existir, es todo amor, aroma y color...”.
En el camino de la vida aprendí que si importante es partir más importante es llegar. Ayer, la meta para los “rocieros de Ida y vuelta” fue Ella, la Pastora de Almonte, la Blanca Paloma. ¡VIVA LA VIRGEN DEL ROCÍO!. “BUENOS DÍAS”