
Hoy: Solemne y otras cositas
Jaén - Publicado el - Actualizado
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na sola vez durante un año entero. Por ejemplo, una fiesta religiosa, la Navidad, o una celebración civil, el Día de la Hispanidad. Con dos vocablos, “sollus” -completo, entero- y “annus” -año- el latín creó un nuevo término “solemne”. Con el sentido de algo especial por inusual, el español revistió la palabra de “solemnidad”. Sinónimos del sustantivo son esplendor, pompa, boato. Hay muchas celebraciones que no se entienden sin solemnidad. La proclamación de la Constitución, la toma de posesión del Papa, una boda, el entierro de un prócer. Yo, que sigo siendo un ingenuo, consideraba que el lenguaje de los políticos cuando actúan de acuerdo con sus atribuciones también debería ser solemne. La inocencia me conduce a llevarme desengaños sin fin.
El presidente de la Diputación ha hecho una gracieta en el último pleno de la corporación provincial cuando al explicar su apoyo a una moción le ha contestado a una diputada que -cito textual- “no le va a dar el gusto (…), lo que pasa es que a lo mejor estaba pensando en otra cosa en lo del gusto”. Acusaciones de machismo; Paco Reyes que se disculpa con la boca pequeña mientras denuncia el uso torticero de la grabación. A mi juicio el asunto se sustancia en la falta de buen ¡gusto!, en la ausencia de solemnidad. Como acontece de similar modo y manera con los vídeos de “La isla de las tentaciones” que se ha cuajado el PP para atacar a Pedro Sánchez.
Seguimos con otra muestra de la falta de solemnidad. Anuncia su visita a Jaén el ministro de Transportes, Óscar Puente, personaje con el que la solemnidad casa igual de mal que el agua con el aceite. Prepara el terreno con la proclama de que trae “cositas” para Jaén. A mis alumnos les tenía prohibida que tradujesen “res” por “cosas”. “Hechos, sucesos, cualquier palabra menos la indefinición y vulgaridad de cosas”. Excuso decirles que lo de “cositas” es otro nivel. Incluso si somos capaces de prescindir de sus connotaciones sexuales, “cositas” supone tal cursilería, vulgaridad y prepotencia que las promesas sobre la estación intermodal, la conexión con el AVE destino Madrid y otras mejoras ferroviarias quedan en el limbo de la duda emborronadas por el peyorativo “cositas”.
Me queda la duda de si nuestra clase política no da más de sí o simplemente se adecúa al nivel de la ciudadanía. Comprenderán, dilectos oyentes, que en ninguno de los dos casos salimos bien librados. Que parecemos tontos de solemnidad.
Palabras, divinas palabras.