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Terror por los petardos: “Tememos que a nuestra hija le pueda dar un infarto cualquier día”

José Luis Cara es el padre de María, una niña de Jaén, que tiene pánico a los petardos y cohetes

Jaén - Publicado el 31 dic 2024, 11:09

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Lo que para muchos es un simple gesto de diversión, para muchos otros se convierte en una auténtica pesadilla. Te hablamos del ruido que genera la explosión de un petardo o cohete, los cuales suelen ser elementos muy presentes para celebrar estas fiestas navideñas.

En muchos lugares, el uso de petardos ha quedado limitado o incluso prohibido. No obstante, es casi inevitable el hecho de escuchar cómo retumban en el cielo durante estas jornadas. De hecho, en este 31 de diciembre es seguro que volveremos a escuchar este estruendo que aterra a muchas personas y animales.

Te hablamos del pánico que sufren muchas personas, y una de ellas es María Cara. Es una pequeña de Jaén, de 13 años de edad, que padece la enfermedad Síndrome 22q11. La misma provoca que este tipo se situaciones normales para muchos, para ella supongan un auténtico calvario. Un dolor de cabeza que también es idéntico en sus familiares, que tienen que ver cada año cómo su hija sufre estrepitosamente al llegar estas fechas.

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Terror a los petardos

Su padre, José Luis Cara, nos cuenta cómo su hija vivió con miedo la pasada Nochebuena, “en la que apenas escuchamos petardos, pero ella asocia este día a ese temor”, apunta. Este pánico provoca que María no quiera salir del cuarto de baño, y que sea imposible celebrar las fiestas con sus familiares. Para sus padres es algo “agotador”, y piden encarecidamente a los jiennenses que sean comprensibles y se diviertan de otra manera, sin hacer sufrir a su hija.

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Terror a los petardos

“Lo más importante en estos casos en la concienciación. A mí me gustaría que todas estas personas que se divierten tirando petardos vivieran una situación como la nuestra, un ataque de ansiedad, un ataque de pánico, que fueran conscientes de que tenemos miedo a que nuestra hija sufra un infarto”, expone el padre de María, el cual añade que “lo más duro” es ver cómo María tiene un sentimiento de culpa por ello y que a veces le puede llevar a autolesionarse, incluso.