LIGA 123

(0-1) El Málaga obtiene un final cruel en La Rosaleda

Los de Víctor dominan al Mallorca y merecen un mejor marcador que perder tras un gol de Leo Suárez en el 86. El árbitro influyó. Un punto sobre el séptimo 

Blanco Leschuk lo intentó ayer todo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Fue mejor el Málaga que el Mallorca, pero así es el fútbol. El Málaga disparó más, jugó más en campo contrario y siempre fue dominador, pero no tuvo esa fortura que si tuvo en Alcorcón. Y lo que es peor, esta vez con un final cruel, muy duro. Después de 85 minutos de lucha intensa, de oportunidades de ambos equipos, de buenas acciones de Munir y de Manolo Reina, fue Leo Suárez el que acertó al perseguir con la fe que le faltó a Diego González un centro de Abdon para darle la victoria a un Mallorca que sueña con el ascenso y se pone a tres del segundo, el Granada, tras perder ayer el Albacete.

Le faltó al Málaga lo que le sobró en Alcorcón en el debut de Víctor Sánchez: efectividad en el remate. Y tal vez, también alguna alternativa diferente a la de buscar con ansiedad a Ontiveros. Porque el marbellí lo intentó todo, pero no tuvo el apoyo de nadie. Ni Adrián ni N'Diaye rompieron por el centro, ni tampoco Renato o Alejo compensaron su esfuerzo por el otro costado. Así desperdiciaron varias ocasiones claras los locales. Aunque la mejor de ese primer acto la tuvo en sus botas Budimir. El croata, qué horrendo partido el suyo, no aprovechó el regalo de Lombán en un mal despeje y estrelló el balón, dentro del área pequeña, en un Munir que tiró de colocación y reflejos para sacar el disparo.

Ya en la segunda mitad tuvo el Mallorca el santo de cara. Primero, porque Ontiveros acusaba el esfuerzo y Vicente Moreno supo frenarle con ayudas. Segundo, porque Ricca se lesionó y la entrada de Diego González en el lateral zurdo tuvo catastróficas consecuencias para los blanquiazules. Por ahí es por donde los bermellones encontraron petróleo. Y por ahí es por donde apareció Leo Suárez para convertirse en un tormento. Le funcionaron los cambios a los baleares porque fue Abdon el que se impuso a Lombán para centrar al segundo palo y habilitar a un Leo que golpeó de primeras para estrenar el marcador. El colegiado no vio dos penaltys sobre Ontiveros en el primer tiempo y uno más claro sobre Blanco Leschuk en el segundo.

Aún quedaban cinco minutos, pero la ansiedad se apoderó de los de Víctor, que no pudo debutar en casa con triunfo. Es más, se va con el amargor de una derrota ante un rival directo que le supera en tres puntos, le iguala el goal average y le aleja de la opción de la segunda plaza. Esa que tiene a tiro un Mallorca que sigue haciendo, sin alardes, las cosas que puede y que debe, y que sueña cada vez más con un ascenso que ya no es un sueño sino algo real.