MEDICINA DEPORTIVA
El doctor De la Varga revela las consecuencias de romperse el tendón de Aquiles: "Hay que operar"
Es una de las lesiones más temidas para cualquier deportista y que puede suponer la retirada de la práctica deportiva
Málaga - Publicado el
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Siempre que hablamos de lesiones del tendón de Aquiles se nos viene la cara de Brad Pitt en la película Troya, y es que para siempre imaginaremos a un Aquiles muy favorecido con su larga melena rubia y sus esculpidos músculos. Cuando hablamos del tendón de Aquiles nos estamos refiriendo al tendón resultante de la unión de los dos gemelos y del sóleo en la pantorrilla para insertarse en el calcáneo. El doctor Vicente De la Varga, traumatólogo y experto en cirugía ortopédica desde su clínica CAMDE de Málaga, considerado uno de los 50 mejores médicos privados de España por Top Doctors explica con lujo de detalles las consecuencias de sufrir una lesión en el tendón de Aquiles.
Pero¿ por qué este tendón se llama así?. Aquiles, en la mitología griega y luego en la Ilíada de Homero fue un guerrero que participó en la guerra de troya, y era considerado el más veloz de los hombres. Estaba dotado de cierta inmortalidad pues su madre lo sumergió cuando niño en la laguna estigia, aquella que separaba el mundo de los vivos y el de los muertos, pero lo hizo sujetándolo por el talón, por lo que todo su cuerpo era inmune a las heridas, menos el talón y precisamente una herida por una flecha envenenada en el talón fue la causa de su muerte. Para fiarnos de las madres!!
Por fortuna, una lesión del tendón de Aquiles no suele ser causa de muerte, pero sí que puede originar mucho dolor y limitación funcional
TIPO DE LESIONES
Hay que distinguir dos grandes tipos de lesiones, las agudas, que aparecen de una forma brusca, y las crónicas. Ambas están muy relacionadas pues todas aparecen sobre un tendón degenerado.
La lesión aguda por excelencia es la rotura del tendón de Aquiles. Es una rotura muy frecuente, la han padecido deportistas como David Beckham, Kobe Bryant, Kevin Durant, Ricky Rubio, y mi admirado Doctor Juan Carlos Pérez frías cuando era un veloz extremo del Málaga, y esa fue la única lesión que tuvo en su vida deportiva.
MOTIVOS DE LA ROTURA
Es una lesión de deportistas maduros, una vez que han pasado la treintena, no es una lesión de veinteañeros, y es así porque para que un tendón de Aquiles se rompa tiene que estar degenerado, un tendón de Aquiles, y en general cualquier tendón que esté sano es imposible que se rompa, la única forma de romperlo es cortándolo. Por lo tanto, la lesión aguda, la rotura, ocurre sobre un tendón con una lesión crónica, una tendinosis que implica degeneración del tendón. Es una cuerda vieja y deshilachada a la que de repente damos un tirón y salta, se rompe.
Con frecuencia, a quien se le ha roto el tendón de Aquiles refiere una larga historia, de años, de molestias en el tendón, con episodios de inflamación y se ha notado que el tendón estaba más grueso. Pero también es muy frecuente que el tendón se rompa sin avisar, sin haber dado sintomatología previamente. En estos casos la tendinosis, el desgaste debuta con una rotura.
CÓMO SE ROMPE
El mecanismo por el cual se rompe suele ser un salto, pues la función del Aquiles es poner los pies de puntillas al contraerse el tríceps sural, y es, junto con la extensión de rodilla el responsable del despegue en el salto. Por eso es más frecuente en deportes en los que hay mucho salto, como el baloncesto. Aunque no hace falta que sea un gran salto, con uh pequeño traspiés puede romperse, depende, sobre todo, del grado de degeneración del tendón.
Síntomas de la rotura del Aquiles
Al romperse se suele oir y sentir un crack, y solemos mirar cabreados alrededor pensando que alguien nos ha dado un golpe o nos han tirado una piedra, y con frecuencia nos encontramos de repente en el suelo al no poder mantenernos en pie al apoyarnos sobre la pierna del Aquiles rotos. De hecho, en la antigua Roma se solía castigar a los esclavos que intentaban fugarse cortándoles los tendones de Aquiles, pues les impedía mantenerse en pie y caminar.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico es sencillo, un pie que no puede ponerse de puntillas o lo hace menos que el otro pie, si comprimimos el gemelo y vemos que el pie no se mueve, la llamada maniobra de Thomson, y si notamos y vemos un hueco, una discontinuidad al pasar el dedo a lo largo del tendón, el denominado signo del hachazo, bastan para diagnosticarlo. Para confirmarlo basta una ecografía o una resonancia y listo. Está roto. ¿Y ahora qué?
TRATAMIENTO
Lo primero es inmovilizarlo con el pie en puntillas, en equino, para evitar que el cabo proximal se retraiga y sea más fácil arreglarlo. Aquí hay dos escuelas, los que abogan por operarlo, que son la gran mayoría, y los que abogan por tratarlo de forma conservadora sin operarlo. En ambos casos los plazos de curación, para que el tendón pegue son similares, de entre 6 y 8 semanas inmovilizado.
DE QUE DEPENDE DE QUE SE OPERE
Elegir una forma u otra de tratamiento, operándolo o sin operarlo depende de la experiencia personal del traumatólogo y cómo valore las posibles complicaciones.
En el caso de operarlo se garantiza más que el tendón va a pegarse pues con la cirugía nos encargamos de que los dos extremos rotos estén bien aproximados y con la tensión adecuada. Así tenemos menos posibilidades de que se vuelva a romper en los meses siguientes a la rotura, que es una de las complicaciones más frecuentes de estas roturas. La pega es que tenemos riesgo de infección de la herida quirúrgica o de que la piel que cubre el tendón no cicatrice bien. Son dos complicaciones graves, pero con los cuidados apropiados no tienen por qué ocurrir.
En el caso de no operarlo, no tenemos el riesgo de las posibles complicaciones de la cirugía, pero a cambio las posibilidades de que el tendón no pegue, lo haga de una forma incompleta o con el tendón alargado, lo cual no nos permitiría caminar son elevadas, y la solución sería tener que operarlo finalmente y volver a empezar pero con un tendón en peores condiciones. Yo sin duda soy partidario de operar siempre las roturas del Aquiles. Puesto que el tendón se rompe por estar degenerado, tanto si se opera como si no, un tratamiento complementario importante es infiltrar el tendón con plasma rico en plaquetas a alta concentración para regenerar el tendón y disminuir el riesgo de una nueva rerrotura.