CASO JULEN

Un año del caso Julen: así fue la cronología de una tragedia que conmocionó a España

A punto de cumplirse un año de la tragedia en Totalán, recordamos las claves del caso Julen

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Un año del caso Julen: así fue la cronología

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Todo comenzó el domingo 13 de enero de 2019 pasadas las dos de la tarde. Aquel día los padres del pequeño Julen fueron a comer una paella a la finca de unos familiares que habían comprado el terreno cuatro meses antes. Allí decidieron pasar el día las dos jóvenes parejas con sus dos hijos pequeños. Pero lo que iba a ser un domingo feliz, se convirtió en el día del comienzo de una pesadilla.

JULEN CAE AL POZO

Aquella soleada mañana de domingo, Julen (de dos años) cayó a un pozo de prospección de agua de más de cien metros de profundidad y 25 centímetros de diámetro; un pozo tan estrecho que era imposible que un adulto pudiera acceder a rescatarlo.

Unos senderistas, que recorrían la zona, acudieron a la finca alertados por los gritos de cuatro adultos. Sin entender muy bien qué había pasado, llamaron a los servicios de Emergencias 112. Fue entonces cuando se puso en marcha el operativo de rescate de Julen.

LA MONTAÑA DE TOTALÁN 

Poco a poco comenzaron a llegar especialistas a aquella finca ubicada en el municipio malagueño de Totalán. Se trabajaba con máquinas y otros artilugios diseñados a contrarreloj para sacar tierra de aquel pozo... un tapón de tierra que se encontró a 73 metros de profundidad. ‘Está mirándose con las cámaras a 73 metros de profundidad y en un tubo y eso implica que es muy difícil trabajar en un espacio tan pequeño’, aseguraba en aquellas primeras horas el portavoz de la Guardia Civil de Málaga, Bernardo Moltó.

PRIMEROS PLANES DE ACTUACIÓN

Ante las primeras dificultades, se diseñaron varios planes de actuación: por un lado, la ejecución de un túnel horizontal y, de otro lado, otro vertical. En ambos casos la intención era conectar con el pozo donde se encontraba Juñen a la profundidad a la que se creía que estaba el niño, bajo el tapón de tierra.

‘Han preferido ese sistema para que no colapse el propio orificio donde cayó el pequeño, por seguridad, pero sin descartar ningún otro sistema’, explicaba la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez.

EL CABELLO DE JULEN

Tras varios días de trabajo y muchas preguntas, aparecía un cabello del pequeño dentro del agujero. Se confirmaba lo que una y otra vez habían asegurado los padres de Julen: por increíble que pareciera, su hijo había caído al estrecho pozo. Para muchos es una sorpresa, para nosotros por desgracia no porque lo sabemos desde un primer momento’ afirmaba emocionado José Roselló, el padre de Julen, tras la aparición de los restos.

Unos padres, José Roselló y Victoria García, veinteañeros, que ya sabían el dolor desgarrador que suponía la pérdida de un hijo porque habían perdido a Oliver en 2017. Era su primer hijo y había fallecido a los tres años de forma súbita cuando Julen era solo un bebé.

OBRA DE INGENIERÍA CIVIL

En aquella colina en Totalán, todo se organizaba sobre la marcha: a cada nuevo problema, una nueva solución. Hasta allí se desplazaron expertos desde distintas partes de España y se contó con la maquinaria más avanzada para mover las toneladas de tierra que era necesario retirar para poder ejecutar el túnel vertical, que fue la opción de rescate definitiva.

‘Hemos perdido la cuenta, pero son más de 60 ofrecimientos de empresas de todo el mundo; ahora mismo tenemos doce equipos que van a trabajar en la elaboración y ejecución de los dos túneles’, anunciaba el coronel jefe de la Guardia Civil en Málaga, Jesús Esteban, ante el medio centenar de periodistas que seguían minuto a minuto el rescate de Julen.

DIFICULTADES DEL TERRENO

Pasaban los días y los plazos se iban alargando. Se estaba trabajando en una obra de ingeniería civil, con el tiempo como enemigo, y con las enormes dificultades que presentaba el terreno. ‘El terreno es rocoso y fuerte, lo que ocurre es que los trabajos, en ese túnel horizontal, se hace desde una ladera y la ladera tiene una acumulación de tierra suelta durante miles de años. En el momento en el que se interviene quitando la tierra acumulada en el pie de monte, el resto se desplaza’ alertaba el presidente de la Federación Andaluza de Espeleología, José Antonio Berrocal.

MAQUINARIA LLEGADA DE LA M40

Una vez allanado el terreno, después de varios días, comenzaba la perforación de la galería vertical a través de la cual se intentaría llegar hasta Julen. Hasta Totalán llegó una potentísima perforadora que abandonó unas obras en la M40 de Madrid para sumarte al operativo de rescate y excavar hasta una profundidad de 60 metros. ‘Más máquinas no caben, más máquinas estorban’ decía el ingeniero que coordinó las labores de rescate, Ángel García Vidal. 

LA CÁPSULA ASCENSOR

Mientras tanto, se trabajó en el diseño y la elaboración de una cápsula que serviría para descender por el túnel vertical que se perforaba de forma paralela al pozo donde había caído Julen.

Era una especie de ascensor que trasladaría a las entrañas de la tierra a los mineros de la Brigada de Salvamento llegados desde Asturias. Ellos tendrían que protagonizar la fase final del rescate: la ejecución de una galería horizontal para conectar el túnel construido a contrarreloj con el pozo en el que estaba el menor.

NUEVOS PROBLEMAS

La labor de los mineros de Asturias comenzó el jueves 24 de enero, once días después del accidente. A pesar del tiempo que ya había transcurrido, nadie del operativo de rescate tiró la toalla, a nadie se le ocurrió jamás pensar en otra cosa que en sacar a Julen del pozo.

Pero de nuevo las características del terreno ralentizaron, en esta ocasión, la labor de los mineros. Tenían que cavar manualmente la galería horizontal (de cuatro metros) que les llevaría al niño. Sin embargo, la roca tan dura que encontraron obligó a los expertos de la Guardia Civil a bajar a la cavidad y realizar varias microvoladuras para que los mineros pudieran seguir avanzando.

TRISTE FINAL

Con España en vilo y medio mundo pendiente de aquel impresionante despliegue en un pequeño pueblo de la provincia de Málaga, la noticia, la triste noticia, se producía en la madrugada del sábado 26 de enero. A la una y veinticinco minutos de la noche, después de trece días, era localizado y rescatado el cadáver del pequeño Julen. Los datos preliminares de la autopsia revelaron que el menor había muerto el mismo día en el que cayó al pozo y a causa de politraumatismos tras una caída libre de 71 metros.

JUICIO A FINALES DE ENERO 

Un juzgado de Málaga se hizo cargo de la investigación del caso para aclarar las circunstancias en las que se produjo la caída del niño a aquel pozo. El próximo 21 de enero comienza el juicio que sienta en el banquillo a un único imputado, David Serrano, propietario de la finca. Está acusado de homicidio imprudente al no haber sellado el pozo de prospección que había encargado hacer en su finca para buscar agua. Se enfrenta a tres años y medio de cárcel, además de una indemnización a los padres de Julen y los 700.000 euros que costó el rescate y que le reclama la Junta de Andalucía. 

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