Comienza el juicio
Madre de Pablo Podadera: ‘Donamos sus órganos porque es lo que él hubiera querido’
Comienza el juicio contra los presuntos asesinos y encubridores de la muerte de Pablo Podadera
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un jurado popular juzgará a los acusados de acabar con la vida a Pablo Podadera, un joven que medió en una pelea en Málaga capital a la salida de una discoteca. Todo ocurrió en abril de 2017, en la noche en la que la víctima celebraba su 22 cumpleaños.
LOS HECHOS
La Fiscalía solicita 18 años de prisión para dos de los acusados de un delito de asesinato y dos años de cárcel para otros tres como encubridores.
La víctima salió con unos amigos para celebrar sus 22 años y fueron a un local, donde, según las conclusiones iniciales del fiscal, estaban los acusados: uno de ellos trabajaba de portero del bar y los otros cuatro se fueron encontrando en el lugar.
Cuando el joven salió con un amigo para fumar, vio una fuerte discusión en la que estaban interviniendo algunos de los acusados. La víctima medio para "tratar de apaciguar los ánimos", dice el escrito provisional de la acusación pública, poniendo una mano en el torso de un procesado.
Entonces, según la Fiscalía, el joven recibió desde detrás "de forma totalmente sorpresiva violentos puñetazos" supuestamente por parte de dos de los acusados, uno de ellos practicante de boxeo, "con la intención de matarlo dada su envergadura, potencia y destino de los golpes", que impactaron en la sien de la víctima.
Así, el fiscal relata que en ese momento el joven comenzó a caer desplomado y "una vez en el suelo recibe igualmente patadas en la cabeza por parte de ambos". Agentes de la Policía Local y una ambulancia se desplazaron al lugar e intentaron reanimarlo, aunque falleció en el hospital.
El joven estaba "indefenso y sin capacidad de reacción" dado el alcohol que había ingerido en la celebración de su cumpleaños, dice la acusación pública. Según la autopsia, el cuerpo presentaba varias lesiones craneales y una hemorragia cerebral masiva que "conduce a la muerte encefálica".
LOS ENCUBRIDORES
Tras los hechos, dos acusados se van a casa de uno de ellos y piden a un amigo que los acoja en su vivienda, diciendo que han tenido una "trifulca". Aunque inicialmente lo hace, al saber por el portero del local, también procesado, lo que ha ocurrido, este les pide a los otros dos que se vayan de su casa.
El portero del bar estuvo presente y conocía a todos los intervinientes, pero "con la intención de evitar que los agentes los identificara, ocultó la identidad de los autores" y también que uno de ellos estaba dentro junto a otro de los acusados, el cual presuntamente proporcionó información de lo que hacía la Policía y días más tarde instó a otro de ellos a la huida.
Por estos hechos, el fiscal acusa a dos procesados por un delito de asesinato, solicitando para cada uno la pena de 18 años de cárcel y que indemnicen a la familia con 180.000 euros; mientras que a los otros tres los acusa de un delito de encubrimiento, por el que pide que se le imponga a cada uno dos años de prisión.
EL AMOR DE UNA MADRE
En ‘La Noche de COPE’ Adolfo Arjona tuvo oportunidad de conversar con la madre de Pablo Podadera, Remedios Romero.
‘Desde que nació tuvo una cara sonriente y una vitalidad que trasciende hasta el día de hoy que ya no está con nosotros’ explica tranquila la madre de la víctima.
Remedios Romero en ‘La Noche de Adolfo Arjona’: ‘No me produce dolor hablar de mi hijo porque para mí no ha muerto, su amor sigue vivo. Una de las cosas que me ha ayudado a vivir con esta tragedia que nos ha tocado es lo altruista que fue en vida con la donación. Solo siendo un niño de cinco años Pablo fue donante de médula ósea para su hermano José, al que adoraba y al que regaló once años de vida’.
Remedios Romero habla tranquila, desprendiendo palabras de amor verdadero. Asegura que no le desea la tragedia que le ha tocado vivir ‘a nadie’, palabras que se pueden interpretar que dirige a los presuntos asesinos de su hijo. ‘Cuando uno es generoso y altruista con lo único que tiene que es la vida, eso tiene que darte paz… y esa paz permite a la familia vivir con esta tragedia’ asegura la madre de Pablo Podadera, una mujer que en cinco años y ocho meses ha perdido a dos de sus tres hijos y a su madre.
Defensora acérrima de la donación de órganos, Remedios dice: ‘Yo ya había visto morir a mi hijo José que no pudo donar sus órganos, así que sabía que debía hacerlo con los órganos de mi otro hijo porque es lo que Pablo hubiera querido. Cuando un cuerpo no vive ya no sirve, aunque se puede regalar vida a otro. Yo confío en quien tenga los órganos de Pablo es quien los debe tener’.