COPE Andalucía entra en un piso protegido: "Un primer techo para mujeres valientes"

La dirección no la conocemos hasta poco antes de llegar. Y nos piden que no le digamos a nadie a dónde vamos. Un equipo de COPE Andalucía entra en un piso protegido donde varias mujeres comparten casa. Todas tienen algo en común. Son víctimas de violencia de género.

Muchas de estas mujeres llevan años sufriendo maltratos, violaciones, agresiones físicas y psicológicas. La Fundación Betania juega un papel clave para ellas porque estas mujeres víctimas de violencia de género, necesitan una red para dar el primer paso y dejar a sus maltratadores. Y eso es lo que hace la Fundación Betania, proporciona a estas mujeres un techo para empezar de cero.

UN PRIMER PASO

Son las 10 de la mañana. Tocamos al timbre. Subimos unas escaleras y cuando entramos, nos encontramos a Alba, Elena y al equipo de Betania haciendo un mural. "Queremos forrar la pared porque la hija de Elena está aprendiendo a pintar en la guardería y se dedica a pintar las paredes". 

Elena nos cuenta que lleva ya dos meses en este piso con su hija de dos años. Llegó con miedo. Pero hoy, el equipo de Betania y las mujeres que viven con ella se han convertido en su familia.

Alba la ayuda con el mural. Acaba de llegar a este piso. No viene sola. Sus dos hijas de ocho y diez años viven con ella. Ellas han sido el motor, el impulso que la han ayudado a dar ese paso. Celia, coordinadora de Betania en Sevilla, nos cuenta que muchas mujeres tardan hasta siete años en dar el paso y denunciar a sus maltratadores. O por lo menos, de alejarse de ellos y empezar una nueva vida. Otras no lo hacen nunca.

Cuando llegan, necesitan un tiempo para descansar y reponerse de todas las agresiones vividas. Han sido años de mucho sufrimiento. De un desgaste emocional muy fuerte. Por eso, el trabajo de la Fundación Betania empieza ahí. Desde el primer momento, un equipo psicológico las ayuda a reponerse.

Hay mucho que hacer. Y la Fundación Betania lo sabe. Por eso, las ayuda también con los trámites. Tienen un equipo de abogados que las asesora para dar los primeros pasos. Además, las ayudan a buscar un trabajo y a realizar todos los trámites necesarios.

Las mujeres tardan una media de siete años en abandonar a sus maltratadores

Celia Pontiga

Coordinadora de la Fundación Betania en Sevilla

Elena y Alba, como todas las mujeres que en algún momento han vivido en uno de estos pisos, tienen sueños. Muchos. Sueños que se quedaron un día parados. Detenidos. El día que fueron anuladas por las personas que debían cuidarlas y amarlas.

Hoy, ellas miran al futuro. Elena quiere dedicarse a la rama sanitaria. Y quiere prepararse para ello. Además, quiere sacarse el carnet de conducir. “Es importante para encontrar un trabajo”, nos dice.

un hogar para empezar de cero

Elena y Alba saben que es muy importante que se preparen para un futuro en el que puedan sentirse independientes. Mujeres libres, como antes de ser víctimas de violencia de género. Alba está pendiente de un trabajo en el ayuntamiento. “Ojalá me llamen, sería un gran paso para mí”, nos dice.

Comparten con nosotras sus miedos. Sus esperanzas. Los buenos momentos y los malos (que por supuesto los hay, aunque cada vez son menos, como nos dice Elena). Y lo hacen también con el equipo de Betania. Porque todos los pisos protegidos tienen un despacho donde las atienden en cualquier momento. 

Saben que no lo tienen fácil. Pero eso no es motivo para intentarlo. Son mujeres luchadoras. Fuertes. Valientes. Mujeres con coraje. Y llenas de vida. Por eso están aquí, porque saben que merecen una segunda oportunidad. Y la Fundación Betania está ahí, a su lado, para dársela.