salud
Anestesiólogos, una profesión poco conocida: “No es solo poner una inyección"
Mercedes Echevarría, jefa del Servicio de Anestesiología del Hospital de Valme pone en valor una profesión desconocida pero clave en los procesos quirúrgicos
Sevilla - Publicado el
3 min lectura
Ocurrió en 1846, un 16 de octubre. Ese día se hizo el primer uso exitoso y documentado de la anestesia general y lo hizo el doctor William Morton en Boston, Estados Unidos. Fue la primera vez que se hizo una cirugía sin dolor que revolucionó la práctica quirúrgica y mejoró enormemente la calidad de vida de los pacientes. Por eso, cada 16 de octubre se conmemora este hito en la medicina, el Día Mundial del Anestesiólogo, y se rinde homenaje aestos profesionales que desempeñan un papel crucial en el cuidado de los pacientes durante procedimientos quirúrgicos y en el manejo del dolor.
Y es que la labor de estos médicos va más allá de sedar a los pacientes. Así queda plasmado en una muestra fotográfica instalada estos días en el Hospital de Valme de la anestesióloga, Paula Adones que quiere dar a conocer esta especialidad, quizás muy desconocida para muchos.
La doctora Mercedes Echevarría, jefa del servicio de Anestesiología del Hospital de Valme, ha explicado en Herrera en Cope Sevilla que es importante dejar claro a la ciudadanía la labor del anestesista, "no solo dormimos al paciente lo situamos en un estado en el que no tiene conciencia, le evitamos el dolor, facilitamos su relajación y cuidamos al paciente en todo el procedimiento quirúrgico hasta que el cirujano termine ayudándolo también a él". Asegura que “no es solo poner una inyección" ya que el paciente está monitorizado en todo momento para saber su profundidad anestésica, la relajación muscular y su dolor para guiar su actuación minuto a minuto.
Antes de la operación destacan la fase preanestésica en consulta. "Hacemos una valoración clínica de la situación, si el paciente toma alguna medicación y hay que modificarla, por ejemplo si toma Sintrom, si tiene anemia previa a la cirugía además de informarle de la operación en sí". También si a la hora de finalizar la cirugía tiene que ir a una unidad de críticos, a la sala de despertar o si lleva analgesia posoperatoria.
Resuelven por tanto todas las dudas que tenga el paciente y les concretan las medidas que deben ir tomando, por ejemplo que dejen de fumar.
El momento más tenso para un anestesiólogo es cuando duerme al paciente. "La inducción anestésica es el momento de mayor riesgo de que aparezcan complicaciones y el despertar, aunque no es lo mismo cuando se trata de una apendicitis o una cirugía oncológica". En quirófano observan el estado hemodinámico del paciente, tanto los de riego como los sanos, si sangra administran fármacos que pueden producir hipotensión y en eso ayuda muchísimo la tecnología porque la monitorización es clave y se puede "predecir si un paciente se va a hipotensar antes de que le pase o saber qué nivel de profundidad anestésica tiene, de ahí que los pacientes nunca se despierten".
El posoperatorio hoy en día es más tendente a intentar que el paciente se active rápido pero "el manejo del dolor es lo más importante para que su evolución sea la mejor, y controlar que tras la operación se pueda generar un dolor crónico".