Así recuerda Patricia el día que decidió cambiar una muerte por salvar otras vidas

Aunque parezca imposible las cosas ocurren cuando menos te lo esperas y en plena pandemia ha sido cuando ha llegado como un regalo caído del cielo un hígado para que Pedro Antonio fuera trasplantado.

La suya es una historia parecida a la de muchos otros pacientes.

En el año 2005 le fue detectada una hepatitis C en un control rutinario de la que fue tratado.

Algún tiempo después , en diciembre de 2019 le fue diagnosticado un cáncer hepático y los profesionales le confirmaron que la única solución posible era el trasplante.

Pedro Antonio fue incluido en el listado de pacientes pendientes de un órgano para poder sobrevivir.

El teléfono podía sonar en cualquier momento. Y lo hizo. Sonó con el estado de alarma ya presente en nuestras vidas. Era el 23 de marzo , llamaron del hospital y le explicaron que por el coronavirus los trasplantes se habían paralizado y que tenían previsto tratarlo con radiofrecuencia para disminuir el tumor.

Sin embargo pocos días después todo cambió. El 27 de marzo el teléfono volvió a sonar. Había un hígado compatible con él así que el proceso se puso en marcha.

Comenzaron las pruebas, entre ellas la del coronavirus, para confirmar que no estuviera infectado y que el hígado que iba a recibir estuviera en buen estado.

Todos los resultados fueron los correctos y la cirugía se puso en marcha. La operación fue un éxito y la recuperación también así que pudo marcharse a casa.

Pedro Antonio reconoce que esta experiencia le ha cambiado la vida. Sólo puede tener palabras de agradecimiento tanto al donante gracias al cual vive como a su familia.

Se encuentra conmovido por ese gesto último de generosidad y reconoce que para su familia también hay un antes y un después.

A raíz de esta experiencia todos se han hecho donantes.

LA OTRA PARTE DE LA HISTORIA, LA FAMILIA DEL DONANTE

Antes de que Pedro Antonio recibiera la feliz noticia, antes de que se abriera una puerta a la esperanza para este paciente, se cerró otra para una familia que perdió a un ser querido.

Patricia es la viuda de Carlos. Perdió a su marido pero aquel día de dolor supo sobreponerse a la pérdida, supo darse cuenta de que más allá de su pena podía salvar otras vidas y evitar que otra familia pasara por su mismo trance.

Fue entonces cuando decidió con valentía y generosidad donar los órganos de su marido.

Patricia asegura que el tiempo está en tu contra, tanto para el que está perdiendo a un familiar como para el que está esperando a un donante.

Todo depende de que tu digas sí y de repente "con ese simple gesto, hay personas que salvan su vida. Hay que intentar estar al otro lado, nunca se sabe si te puede tocar a ti".

Después, pasadas unas semanas te llega una carta que remueve tu alma cuando te cuentan todas las vidas que has salvado. Entonces descubres que ese es el último gesto de cariño y amor de tu ser querido.

El Hospital Virgen del Rocío es uno de los centros punteros en Andalucía en la actividad de trasplantes. Aquí figuran los datos de hace cuatro meses previos a la pandemia.