La Catedral, el Archivo de Indias y La Cartuja: Los lugares donde quedó impregnada la huella de Colón

La huella colombina ha quedado profundamente marcada en la ciudad de Sevilla. Son muchos los lugares que el gran explorador visitó antes y después de sus viajes al nuevo mundo. La primera referencia de él la encontramos en 1485 en La Cartuja, después de volver de Portugal, donde estuvo asentado y nació su primer hijo, Diego.  En la Cartuja prepara su segundo viaje hacia América en el que descubrirá Puerto Rico y Jamaica. 

A su vuelta en 1496 fue recibido por los Reyes Católicos en la sala de audiencias del Real Alcázar donde también quedó impregnada su huella, y que luego se convirtió en una capilla, que es como la conocemos hoy. El otro gran lugar sin duda es la Santa Iglesia Catedral, donde acabaron sus restos mortales en 1899, después de un largo periplo, en un mausoleo muy peculiar. Rafael Roblas, filólogo y experto en estudios colombinos, asegura que esta tumba -mausoleo, diseñada por Arturo Mélida, es uno de los lugares más emblemáticos. "No fue diseñado para estar en la catedral, sino que fue proyectado para que estuviera en La Habana, antes de 1899, que es cuando ya se traen los restos de Colón a Sevilla".

Colón muere en 1506 en Valladolid, se lo traen a Sevilla y se entierra en La Cartuja donde hay una escultura en su honor. La viuda de Diego, su hijo, es la que decide llevarse sus restos a Santo Domingo donde más tiempo están. "En 1755 se lo llevan a La Habana en una cajita de plomo donde reza 'Aquí yacen los huesos de Cristóbal Colón primer almirante y descubridor del nuevo mundo', y ahí vuelven a Sevilla y se colocan en el interior del mausoleo". Un mausoleo, según Roblas, que cuenta con cuatro heraldos que representan a cada reino histórico de España, Castilla, León, Navarra y Aragón. 

Pero si hay un lugar donde su huella manuscrita ha quedado intacta es el Archivo de Indias donde hay documentos colombinos como Las Capitulaciones de Santa Fe cuando Colón negocia las condiciones de su nuevo viaje con los Reyes Católicos además de las cartas manuscritas a su hijo Diego en 1504 instándole a defender esos derechos como navegante.

Los monumentos colombinos en su honor son innumerables en Sevilla. El más moderno, el que donó la ciudad de Moscú en la Expo del 92, el Huevo de Colón, que se ubicó en el parque de San Jerónimo. "También hay un gran monumento en los Jardines de Murillo, representación gráfica de las carabelas, que fue costeado por el periodista José Laguillo además de la herencia que dejó su hijo Hernando Colón, gran bibliófilo, con su Biblioteca Capitular Colombina".