SEVILLA
Félix, agricultor que patrulla el campo en Lebrija: “un día va a pasar una desgracia”
Los agricultores lebrijanos tienen un grupo de WhatsApp y piden ayuda si descubren a alguien sospechoso rondando una finca
Sevilla - Publicado el - Actualizado
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Félix lleva toda su vida dedicado al campo. Sabe que los robos siempre han existido. Que a todos les ha pasado, que alguien se haya llevado unos pimientos, o unos tomates, para luego venderlos o unos kilos de aceitunas.
En las últimas horas, a sus vecinos le han robado todas las gallinas. Hace unos días a otro agricultor le quitaron el coche y otro comunicó que le habían entrado en su propiedad y que se habían llevado herramientas y un cortacésped.
Lo cuentan en un grupo de WhatsApp en el que hay más de 80 miembros. A veces ese grupo es un hervidero pidiendo a “cualquiera que esté cerca, que se pase, que se venga, que los cogemos, que se han escondido en el olivar”.
Además del grupo de WhatsApp se dedican a darse vueltas por los alrededores del pueblo donde hay fincas. En una especie de patrullas de vigilancia ciudadana, pero en formato campo.
Esas patrullas implican además quitarle horas al sueño, al descanso, a la familia. Porque después de todo el día de trabajo “te tienes que quedar dando vueltas” para ver si alguien está intentando entrar en tu finca para llevarse algo.
A CASI TODOS LES HAN ROBADO ALGUNA VEZ Y TEMEN QUE UN DÍA ALGUNO "SE BUSQUE UN LÍO"
De hecho, a Félix también le ha tocado. Y en más de una ocasión. Han entrado en su propiedad tanto cuando ha tenido cosecha que recolectar como en tiempos en los que quienes entraban iban buscando herramientas o animales.
Esta situación que conoce desde siempre es ya insostenible. Félix se ha tenido que gastar mil euros este verano para vigilar sus cultivos. Se organizó con otros agricultores para contratar un servicio de vigilancia que estuviera en comunicación con la Guardia Civil.
Dice que es necesario reforzar la vigilancia y que el hecho de que sean los propios agricultores los que vigilan sus campos es una “bomba de relojería” porque “un día puede pasar una desgracia”, alguien “se puede poner nervioso si se encuentra con alguien que le ha entrado a robar y hasta puede llegar a buscarse un lío”.
En el pueblo todos comentan los robos. Miran con desconfianza a cualquier extraño que pase por los caminos rondando las fincas. Están tan desesperados que se están planteando incluso movilizarse. De hecho, ya circula por el grupo de WhatsApp la idea de organizar una concentración en la plaza de Lebrija pidiendo si hace falta que “actúe el ejército”.