Los primeros cuatro minutos son esenciales para salvar una vida en una parada cardíaca y sólo un tercio de la sociedad sabría hacer una RCP

Hoy es el Día Mundial de la Parada Cardíaca y todavía nos queda mucho trabajo a la sociedad para conocer las nociones básicas y esenciales para actuar si nos encontramos con una persona que está sufriendo una parada. 

Se calcula que sólo un tercio de la sociedad sabría realizar una reanimación cardio pulmonar y es fundamental para salvar la vida

Por eso hoy Cruz Roja Huesca junto a los colegios de médicos, enfermeros y la sociedad aragonesa de simulación aplicada a la medicina ( SASAM) han organizado unos talleres prácticos en la plaza de Santo Domingo

El propósito de esta jornada es concienciar a la población sobre la parada cardíaca, ampliar el conocimiento acerca de cómo reconocer y actuar ante un caso de parada cardiorrespiratoria en cualquier entorno. Mónica Betrán es vocal del colegio de médicos y miembro del SASAM (Sociedad aragonesa de simulación aplicada a la medicina) y nos ha explicado a COPE Huesca que el conocimiento sobre las técnicas de actuación es muy escaso entre la población. Unas técnicas sencillas que en los primeros 4-5 minutos son esenciales

Cada minuto que pasa sin atención adecuada reduce las probabilidades de supervivencia de la persona afectada en un 10%. Por eso, esta iniciativa busca proporcionar las herramientas necesarias para actuar de manera efectiva y salvar vidas. Uno de los miedos es no saber cómo realizarlas o incluso detectarla. Con la técnica del boca a boca somos más reacios pero como ha explicado Mónica Betrán lo más importante es el masaje cardíaco

A nivel general, comenzar la RCP de inmediato puede multiplicar hasta por tres las posibilidades de supervivencia, llegando al 90% si se realiza en el primer minuto. 

En España se producen al año 30.000 muertes por esta causa fuera de los hospitales y se estima que realizar técnicas de Resucitación Cardiopulmonar (RCP) en los primeros minutos tras la parada duplica o incluso triplica las probabilidades de sobrevivir a ésta.

Se deben poner ambas manos en el centro del esternón del paciente y hacer compresiones hacia abajo con los brazos extendidos en ángulo recto respecto cuerpo de la víctima. Hay que comprimir el esternón hacia abajo unos 4-5 cm, con una cadencia de cien veces por minuto, e intentar que las compresiones sean rítmicas, regulares y sin interrupciones. El masaje cardíaco se debe mantener hasta que la víctima recupera el conocimiento o hasta que llegue la asistencia médica que en algunas ocasiones puede ser durante muchos minutos y hay que mantenerlo

Mónica Betrán nos ha recordado la importancia de que en los colegios se impartan estas clases. En todo caso desde el SASAM se realizan charlas y talleres en institutos pero hace falta más