María José, la avilesina que dedica todo su tiempo libre a ayudar a los demás
Colabora con cinco asociaciones diferentes y también en programas municipales de apoyo
Oviedo - Publicado el
2 min lectura
Avilés acoge estos días el Congreso Estatal de Voluntariado, en el que instituciones y asociaciones de toda España debaten sobre los retos del voluntariado en la sociedad actual. Más allá de esos retos y de cómo puede la labor altruista ayudar en los problemas actuales, el voluntariado suele esconder historias individuales. Historias de vocación. Espíritu de querer ayudar, de querer volcarse y echar una mano sin esperar nada a cambio. Historias como la de María José Pérez Álvarez, una avilesina que colabora hasta con cinco asociaciones diferentes, más allá de en otros programas municipales. Y vaya si le compensa, por lo que cuenta en COPE Avilés: “Es mucho lo que doy, pero es muchísimo más lo que recibo”.
María José ha recibido este año el premio a la Labor Voluntaria que entrega el Ayuntamiento de Avilés. Tiene obligaciones laborales, tiene también familia... Y aun así encuentra tiempo para todo. Por ejemplo, en la tarde de un martes cualquiera, va dos horas a un colegio a dar clases de refuerzo a alumnos con pocos recursos, luego acompaña a una señora mayor en un paseo vespertino de una hora y media y acaba la jornada en la casa de otra mujer que vive sola y que no tiene familia ayudándola a hacer la cena y a dejarlo todo preparado para el día siguiente. Un día a día agotador, pero que dice que compensa: “Es mucho lo que doy pero es muchísimo más lo que recibo. Me emociono hasta al contarlo. Dedico mucho tiempo, esfuerzo y trabajo, pero lo que recibo es muchísimo más. Me genera felicidad, bienestar... Tantas emociones que no puedo explicar con palabras. Hay que vivirlo y sentirlo”.
colabora con cinco asociaciones diferentes
Todo su tiempo libre lo dedica a labores de voluntariado. Colabora con APRAM, la Fundación de Trabajadores de la Siderurgia Integral, Cruz Roja, ONCE y Fundavi. También en diferentes programas municipales. Y por lo que dice, parece que no es difícil que se pueda organizar: “Hace más el que quiere que el que puede. Es cuestión de organizarse. El tiempo que tienes libre lo puedes dedicar a labores de voluntariado”.
Además, ha conseguido enganchar a su hija. Incluso comparten actividades en común: “También colabora mucho conmigo, está apuntada en algunas organizaciones. Siempre me gustó y me prestó el voluntariado. Y ahora todavía más porque puedo hacer cosas con mi hija”.
anima a la gente
Y como a su hija, espera que el gusanillo pique cada vez a más gente: “Animo a todo el mundo a hacer voluntariado. Todas las personas en algún momento de nuestra ayuda vamos a necesitar que alguien nos ayude. Muchas personas de nuestro alrededor necesitan esa ayuda porque lo están pasando muy mal y tienen muchas carencias afectivas y económicas. Y todos tenemos dos manos con las que podemos ayudar”.