Un recorrido por la historia mundial de la mano de instrumentos musicales
El carnyx, la corna o las gaitas se fusionan con la música de Oviedo Filarmonía en el espectáculo que Abraham Cupeiro ha llevado a los escolares esta semana
Oviedo - Publicado el
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Más de 3000 niños de diferentes colegios de Oviedo se han acercado durante esta semana a la música en Oviedo. De una manera didáctica y divertida. De la mano de Abraham Cupeiro. El artista gallego se dedica a restaurar y recuperar instrumentos que la historia ha ido dejando olvidados y posteriormente a interpretar con ellos. La corna, gaitas que han ido quedando olvidadas, caracolas... y el carnyx. Es la estrella del recital.
El carnyx es un instrumento de viento que data de la Edad de Hierro. Una especie de trompeta de unos tres metros de alto, coronada por una cabeza de jabalí. Es imposible ver a Cupeiro soplando el carnyx y escuchar el sonido que produce y no recordar escenas de Juego de Tronos o de El Señor de los Anillos. Es un instrumento que se utilizaba en guerras del pasado para alentar a las masas o para avisar de la llegada de los enemigos. Y que Cupeiro ahora inserta en sus recitales.
Unos recitales en los que ha estado acompañado de Oviedo Filarmonía. Han sido seis conciertos en los que la orquesta y Cupeiro han interpretado el concierto Mythos. Un viaje a través de la música por las historias primigenias que los pueblos han ido creando con el paso de los años. Desde las mitologías árabes o celtas a parajes imaginarios.
Un viaje que a los más pequeños les ha dejado embaucados. Sobre todo con los instrumentos que han ido saliendo a la palestra. César, alumno del Colegio de Colloto, se queda con "la trompa romana de Pompeya". Martina, del Colegio Baudillo Arce, con la "caracola". Roque, también del Baudillo Arce se ha quedado sorprendido con los "instrumentos raros". Y Martín, del Colegio Poeta Ángel González, con el carnyx: "Lo de arriba me ha recordado a un pelícano".
Todo un arsenal de instrumentos que han ido saliendo durante la hora que ha durado cada recital. La simbiosis entre la interpretación de Cupeiro y la orquesta era perfecta. Y es que para Oviedo Filarmonía también saca cosas positivas de esta iniciativa, que nace de la mano de la concejalía de Educación. María Riera, gerente de Oviedo Filarmonía, apunta esos aspectos positivos: "Es un valor añadido. A parte de la música clásica tradicional de los compositores conocidos por todos, hay muchas otras músicas que se pueden aportar y que la orquesta también tiene que hacer. Es un reto para todos. Para que se conozcan otras músicas y para que la orquesta también pueda mostrar su versatilidad. Todo lo que sea público nuevo, que los niños se interesen por la música y que sigan manteniendo esta afición, siempre será algo bueno".