Vuelve el Vía Crucis del Monsacro: así es la singular procesión de Oviedo que no se repite en ningún otro lugar de España
La Hermandad de los Estudiantes porta al Crucificado de la Misericordia entre antorchas, en un recorrido cargado de silencio, emoción e historia

Entrevista con Celestino Rodríguez, Fiscal de la Hermandad de los Estudiantes de Oviedo
Oviedo - Publicado el
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Para la Hermandad de los Estudiantes, este sábado es una jornada muy especial. Una de las más intensas, simbólicas y emotivas de toda la Cuaresma. A las seis de la tarde está previsto que parta desde Los Llanos el tradicional Vía Crucis a las capillas del Monsacro, un recorrido espiritual que se ha convertido en uno de los momentos más esperados por la cofradía ovetense.
La cita, abierta a todo aquel que quiera sumarse, consiste en una subida a pie hasta la capilla de la Magdalena, atravesando un paraje natural de enorme valor simbólico, histórico y religioso. Un lugar único, en pleno corazón de Asturias, desde donde puede verse Oviedo iluminado a lo lejos. Todo eso convierte este Vía Crucis en una experiencia difícil de olvidar.
El peso de la historia
El fiscal de la Hermandad, Celestino Rodríguez, ha contado en COPE Oviedo que este Vía Crucis es especial por muchos motivos, pero sobre todo por el lugar en el que se celebra. “Es un recorrido único, porque transcurre por el monte donde se encuentran las capillas que guardaron las reliquias traídas de Tierra Santa durante la invasión musulmana. Solo por eso, el entorno ya tiene un valor histórico enorme”, ha explicado.

Vía Crucis de la Hermandad de los Estudiantes
Ha añadido que la subida no presenta dificultad, pero que lo verdaderamente impactante es la carga simbólica del trayecto. “Las quince estaciones están pintadas sobre las piedras del camino. No es solo una marcha, es una forma de conectar con la historia y vivir la fe de una manera muy intensa”, ha contado.
Un recorrido grabado en la piedra
La subida incluye quince estaciones del Vía Crucis, pintadas una a una sobre las piedras que marcan el camino, hasta culminar en la capilla de la Magdalena, donde se celebra la última estación. Es allí donde ocurre uno de los momentos más impactantes de toda la jornada.
“En esa última estación, ya de noche, se forma un pasillo de antorchas. Por él transita el Crucificado de la Misericordia, a hombros de los hermanos costaleros. Verlo avanzar entre las luces, en silencio, con la montaña alrededor… es sobrecogedor”, cuenta.

Costaleros de los Estudiantes en el Vía Crucis del Monsacro
Rodríguez reconoce que la emoción es difícil de describir:“ Se pone a uno la piel de gallina durante todo el ascenso. Pero cuando llegas a esa 15ª estación, con las antorchas brillando en la noche… eso es algo que se disfruta de forma muy especial. Imagínate cómo lo vivimos nosotros. Es inigualable. Y al fondo, las luces de Oviedo”, señala.
La Hermandad de los Estudiantes lleva ya seis años celebrando este Vía Crucis, incluso durante la pandemia. Lo que comenzó como una iniciativa discreta se ha consolidado como una de las señas de identidad de la cofradía.
“Creo que esta es la sexta edición. Subimos incluso en pandemia. Y como te comentaba, ya es toda una tradición. Tiene muchísima fuerza. No quiero ni pensar en el futuro, porque esto ya se ha convertido en parte de lo que somos”, concluye Celestino.