Este es el método que utilizará Avilés para que sus bebés dejen de usar chupete

Para muchos padres, hacer que sus hijos dejen de lado el chupo cuando ya no son bebés es una verdadera pesadilla porque sus hijos se resisten a abandonar este hábito. Sin embargo, los escandinavos descubrieron hace ya 30 años la forma de hacer este proceso algo mucho más creativo y significativo: el árbol de los chupetes.

La idea es que el niño, o en su defecto sus padres, cuando sienta que ya no quiere o necesita el chupete, haga una especie de ritual de sacrificio para dejarlo ir. Para esto, se lleva el chupete a uno de los árboles dedicados a ello para colgarlo y marcar así su transición a la siguiente etapa de su vida. Esa idea, plasmada hace tres décadas en el parque de Skansen, Estocolmo, llega ahora al parque de Versalles en Avilés.

La Asociación Sociocultural Comver, conocedores de la presencia de estos árboles repartidos por el mundo, se enamoraron de la idea, buscaron su origen y tomaron la decisión de implantarla en la ciudad

El movimiento asociativo no ha tardado en recibir la ayuda del Consejo de la Infancia y Adolescencia, que se encargó de bautizar el lugar con el nombre de "Árbol de los Deseos". Mientras tanto, el Ayuntamiento de la villa instaló una señal con un enorme chupete para identificar el lugar donde los más pequeños deben dejar su querido "tete".

El árbol del barrio de Versalles elegido es el que está en medio del parque de bebés y el parque de columpios para niños más mayores.

"Dejar el chupete cuesta lo suyo, por eso queremos que sea algo bonito. Que lo dejen en el barrio, que lo puedan ver cuando vayan al parque, que lo hagan de forma autónoma. Queremos que se animen, porque al ver que otros niños y niñas lo han dejado antes, irán con ilusión a dejar también el suyo", cuenta Aìda Vázquez, presidenta de la Asociación Sociocultural Comver.

"Sabemos que es muy valiente dejar el chupete" es el lema de la señal que indica a padres y niños cuál es el árbol donde deben abandonar ese preciado objeto que los acompaña durante sus primeros años de vida. El chupete les ayuda a calmarse, a dormir y a satisfacer su reflejo de succión. Dejarlo es un paso importante, y la asociación Comver quiere que sea un proceso significativo y bonito para los pequeños, y esperan que, al ver el árbol, se sientan animados y acompañados en su transición.

El objetivo de esta iniciativa es que los más pequeños decidan abandonar el chupete por sí mismos, sin recurrir al miedo recurrente que algunos padres utilizan, diciendo cosas como "si no lo dejas, viene el coco" o "la mascota te lo quita para siempre".