Asturias ha homenajeado, este martes, a las 188 víctimas del terrorismo de la Policía Nacional. A todos, con nombres y apellidos. Pero con especial cariño al leonés Isidro Gabriel Sanmartín, que hizo carrera en el Principado y que fue asesinado en Afganistán; y a Enrique Nieto, el piloñés al que el etarra Valentín Lasarte pegó un tiro, en San Sebastián, en junio de 1995.

Nieto, natural de Infiesto, estaba entonces al frente de la Unidad Territorial Antiterrorista de Guipúzcoa, había recibido ya amenazas (con pintadas en el portal de su vivienda en la capital donostiarra) y fue ejecutado, cuando salía de una cafetería camino del trabajo. Sus hijas, Paola y Alba, tenían 21 y 25 años y hoy mandan un mensaje de recuerdo.

Entrevista en COPE

"Agradecemos este tipo de homenajes para que no caiga en el olvido lo que pasó; sin rencor, pero que las nuevas generaciones no crean que los atentados de ETA fue una historia que aparecen en los libros", han contado, en una entrevista concedida a COPE en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Oviedo, donde la Jefatura Superior de la Policía en Asturias ha celebrado el emotivo homenaje. "Ni olvidamos ni perdonamos", añaden.

Sobrevivientes

En el acto, el jefe superior de la Policía en Asturias, Luis Carlos Espino, no ha querido olvidarse de "los policías que sobrevivieron a un atentado", que también son víctimas (aunque no mortales). Además, ha recordado el atentado que sufrió el cuartel de Buenavista, en la capital del Principado, el 21 de julio de 1997.

"Desde los jardines de la plaza de toros, se lanzaron tres granadas con la intención de provocar una masacre" ya que, en el momento del atentado, a las 8:00 horas, se estaba produciendo el cambio de turno. "Afortunadamente, solo hubo dos heridos leves y daños materiales.

Con la banda terrorista ETA vencida, se presentan ahora nuevos retos. Advierte Espino de que "la amenaza sigue en pie, desgraciadamente viva, letal y mortífera". Hablamos de "terrorismo internacional, yihadismo, lobos solitarios, combatientes retornados, individuos radicalizados", asegura el jefe de la Policía en Asturias, que defiende que "todas ellas son distintas caras de la misma sin razón con un mismo fin: acabar con la libertad y nuestro proyecto como sociedad democrática".