política sociosanitaria
El drama de pacientes sociosanitarios en camas hospitalarias: "Ver como mi hermano se consume es muy duro"
Mari cuenta la tragedia que afecta a su familia con un hermano que no recibe los cuidados que requiere porque es paciente sociosanitario
Gran Canaria - Publicado el
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En los hospitales de Canarias, la crisis sociosanitaria se hace palpable con un dato preocupante y estremecedor; más de 600 camas están ocupadas por personas, que a pesar de haber sido dadas de alta a nivel hospitalario, su necesidad y dependencia es tal que no pueden regresas a sus viviendas. Son grandes dependientes que requieren de cuidados permanentes, pero que, ante la escasez de recursos, continúan ocupando una cama en los hospitales de referencia de la comunidad.
Por Herrera en COPE Gran Canaria, pasó, Mari, ella es hermana de un gran dependiente y su caso choca contra las limitaciones del sistema sociosanitario de la isla de Gran Canaria, su hermano tiene 65 años y lleva dos años encamado en un hospital de la isla. A pesar de la profesionalidad de los médicos y enfermeros que lo atienden, mari sabe que su hermano no está donde debería estar. Su situación es muy compleja, "no puede caminar, no habla, no come solo, todo, y cuando digo todo es todo, hay que hacérselo," además tiene el añadido de una enfermedad mental que poco a poco lo extingue como persona, "es muy duro ver como deja de moverse, como deja de mover, deja de comunicarse y poco a poco se va consumiendo en una cama sin posibilidad de moverse".
me agredió porque pensaba que le había robado
Los familiares se dieron cuenta de su pérdida de conciencia cuando paseaban con él y le decía "todo eso que ves ahí es mío," al principio, no le dieron mayor importancia, pero a medida que pasaban los días, se notaba que ella demencia iba a más, el desencadenante fue cuando la agredió, "nos llamaron desde un centro de salud de Telde y cuando fui a buscarlo, me acusó de haberle robado la cartera, "menos mal que me agredió con una botella de plástico," fue en este momento cuando el médico les comunicó que" llevaba 15 días sin comer", un hecho, que sin duda agravo su situación. En cuanto a su patología, Mari asegura que debido a una adición, "se le quemó las neuronas".
Apunta que si la patología de su hermano se hubiese cogido a tiempo, es decir, si en vez de haber estado en un hospital donde le ofrecen cuidados sanitarios lo hubiesen ingresado en un centro sociosanitario, su situación habría mejorado porque reconoce que "a pesar de los esfuerzos de enfermeros y médicos, la atención que recibe no es la adecuada". Incluso se lamenta de que hace algunos meses se abrió la posibilidad de ser trasladado, "pero debido a su situación de gran dependiente no se adaptaba a las plazas que se habían ofertado, y continúa encamado".
La familia no se puede hacer caso de un paciente de tan alta dependencia
No es una situación fácil de gestionar y la posibilidad de que se hagan cargo los familiares es prácticamente inexistente, "tiene tres hijos que viven fuera y con los que no tiene comunicación y solo nos hacemos cargo 3 hermanas", que al ser de avanzada edad no pueden atenderlo, "vivimos lejos y en mi caso tengo un problema de columna que me impide bañarlo, moverlo, darle de comer y otros cuidados que necesita".
Las cifras son alarmantes; cientos de personas permanecen en camas hospitalarios cuando en realidad su lugar está en centros sociosanitarios. Estas camas están ocupadas por pacientes cuya dependencia y fragilidad exigen de atención continúa, pero que, por la saturación del sistema y la falta de plazas, no encuentran un lugar adecuado. El drama se extiende más allá de los pacientes, afectado a las familias desgastadas que no encuentran solución. La desesperanza de ver a un ser querido en esta situación, sumada al dolor de no poder ofrecer la ayuda adecuada, fractura familias.
El caso de Mari es solo uno entre muchos, la familia de su hermano, como otras tantas, esperan respuestas que parecen no llegar. Mientras tanto, las camas hospitalarias siguen ocupadas por pacientes que deberían estar en otro tipo de centro, generando un círculo vicioso que afecta tanto al sistema de salud como a la sociedad en su conjunto.