Un psicólogo experto, sobre la intervención en crisis suicidas: “La prioridad es ganar tiempo”

Una realidad escondida, oculta, muchas veces ignorada. 3.952 personas se quitaron la vida en España en el año 2023. Es el primer dato que registra un descenso -concretamente del 6,5%- respecto a los últimos cinco. En Canarias, en el año 2022 fallecieron 233 personas por esta causa, lo que pone al archipiélago, en tercer lugar porcentual de toda España, solo por detrás de Asturias y Galicia. Es por ello que es muy importante la conciencia, la prevención, la preparación de medios de asistencia y la actuación rápida. Más, si cabe, cuando la situación es límite. Ahí entran profesionales como Pedro Martín Barrajón, psicólogo y coordinador de la Red Nacional de Psicólogos para la Prevención del Suicidio. Pedro Martín es un especialista es la gestión de emergencias y catástrofes, además de las situaciones de riesgo como una crisis suicidas. 

El psicólogo ahonda más en el tema. Resalta, no solo las personas que han llegado a quitarse la vida, sino los llamativos datos de gente que ha pensado en ello: “Se estima que cerca de un 13 por 100.000 habitantes ha pensado en el suicidio a lo largo de su vida”. Pedro Martín lo compara con otras causas habituales de decesos: “Supera y con mucho, más del doble de muertes por suicidio que por accidente de tráfico, 14 veces más muertes por suicidio que por homicidio y 84 veces más muertes por suicidio que por violencia de género”.

¿CÓMO ACTUAR EN UNA CRISIS SUICIDA?

Ante una situación de crisis suicida, cada segundo cuenta. La línea de atención a la conducta suicida 024 siempre está atenta a ello. Y, en caso, de haber localizado una situación comprometida de este tipo, según Pedro Martín, la prioridad es ganar tiempo: “En esa situación crítica de atención telefónica, ni el mejor psiquiatra, ni el mejor psicólogo, ni el mejor enfermero de salud mental va a conseguir quitarle las ideas suicidas. Entonces, de lo que se trata es de aplazar la decisión, ganar tiempo, facilitar que la persona se desahogue a través del teléfono para conseguir disminuir esa actividad fisiológica, esa activación emocional, esa impulsividad y que la persona, por supuesto, se sienta escuchada y sienta que hay alguien al otro lado que demuestra que le importa”.