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Mauro Pérez llega tocado a la frontera del cambio en el Tenerife
El director deportivo, que no fue consultado para el relevo de Cano por Mel, ha perdido enteros para continuar en el cargo
Tenerife - Publicado el
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Mauro Pérez siempre confió en que un relevo en la cúpula del CD Tenerife le permitiera desarrollar al completo su plan de trabajo en el área deportiva. Pero es posible que no llegue a tener esa oportunidad.
Trabajando a la sombra de Juan Guerrero, el tinerfeño fue ganándose la confianza de José Miguel Garrido y afrontó, en solitario, el mercado de invierno del pasado curso. Pero aquellos dos refuerzos (Álvaro Jiménez y Yanis Rahmani) no dieron el resultado apetecido.
Aún así, con el consejero del área deportiva apartado por insistir en la destitución de Asier Garitano, mantuvo cierto margen de maniobra en verano. Por el camino tuvo que aceptar la elección del jefe para el banquillo: Óscar Cano. Y eso que, hasta el último día, intentó otras vías. Miguel Álvarez fue el último candidato que propuso a Garrido.
Luego se centró en los fichajes. Maikel Mesa y Cantero fueron sus grandes apuestas. También escogió a Rubén Alves, Juande o Gayá, este como alternativa barata por la lesión de José Amo, y puso sobre la mesa los nombres de Jony Montiel y Marlos Moreno.
Juan Guerrero, en cambio, aseguró a Diarra y eligió a Adrián Guerrero. Tampoco se opuso a las llegadas de Salvi Carrasco y Juande. Pero su protagonismo era ya reducido.
Pero el de Mauro Pérez en la confección de la plantilla fue creciente e indudable. Los resultados no le han respaldado. Las dudas crecieron desde dentro hacia fuera. En la plantilla hay quien piensa que filtró a la prensa una conversación que había tenido en el vestuario minutos después de que se produjera.
En el consejo su valedor es Paulino Rivero, con el que ha querido hacer tándem en una especie de oposición interna a Garrido y los suyos. Pero entre el resto de miembros del sindicato su figura está desgastada. Consideran que, tras el relevo, la comisión deportiva tiene que ser destituida en pleno.
Tampoco gustó el paso adelante de Mauro Pérez anunciando que, si fuera aficionado, iría a la manifestación contra Garrido. Ni su paso atrás al día siguiente. De ahí que la opción de apostar por otro profesional gane adeptos en las últimas semanas.
Solo el respaldo de Rivero, siempre que este siga en la presidencia, y la necesidad de tomar decisiones urgentes pueden acudir al rescate del director deportivo tinerfeño. Su futuro también se decide en estas semanas.