CD TENERIFE
Una ampliación de capital que tendrá continuidad
El club se pondrá al día con el CSD y ganará margen salarial en enero
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El sindicado de accionistas nació con condiciones. Muchas. Una de ellas fue desvelada este miércoles en Deportes Cope Tenerife: se ha planificado una ampliación de capital al año. El acuerdo entre Miguel Concepción, Amid Achi, Conrado González y José Miguel Garrido recoge cláusulas leoninas y privadas. Se condicionan, entre otras cosas, el reparto accionarial y hasta los futuros beneficios de una venta. Y se limita, según cuenta el entorno de alguno de los sindicados, la capacidad de control del actual máximo accionista.
En esta tesitura, el sí a la ampliación de capital no se cuestiona porque ya viene recogido en el acuerdo inicial. Lo que ha cogido con el pie cambiado al presidente Paulino Rivero y a los grandes accionistas extrasindicado (Juan Pelayo y Rayco García) es el momento elegido para proponer este movimiento. Garrido lo justifica basándose en el incumplimiento del capital mínimo que exige el Consejo Superior de Deportes (CSD), aunque ha sido el propio CD Tenerife el que ha puesto fecha de caducidad a esta regulación. Además, al tratarse de una ampliación de capital cerrada y garantizada, podrá utilizar parte del dinero ingresado en la ventana de fichajes de enero.
No obstante, la maniobra en lo deportivo tiene trampa. Para la entidad blanquiazul y para el resto, que maniobran para obtener una mayor flexibilidad de LaLiga. En las condiciones actuales, el Tenerife solo podría integrar un 25 por ciento del total de la ampliación de capital en el límite salarial (unos 750.000 euros). Pero se trabaja para que el porcentaje suba a una horquilla entre el 50 y el 60 por ciento. La previsible aprobación de esta medida cubriría también el incremento de gasto derivado de las renovaciones para la temporada 24/25.
¿Cómo quedaría el mapa accionarial del CD Tenerife? Los accionistas mayoritarios verían reforzada su posición. Esto les beneficia en capacidad de control, pero sobre todo ante una hipotética venta. En cambio, el voto del pequeño accionista valdría aún menos. Si ya tiene un peso escaso o nulo en las decisiones, pasaría a ser aún más irrisorio. Dentro de los grandes tenedores de acciones, el problema estriba en el reparto actual entre los que están sindicados y los que no. Garrido, poseedor de unas 40.000 acciones (unas 10.000 fuera del sindicado), aumentaría la diferencia con Pelayo o García en número (no necesariamente en porcentaje). De ahí que se estén produciendo movimientos de adquisición de acciones desde que se filtró la ampliación. Incluso antes.
Los resultados deportivos han dado un impulso a la gestión de Garrido y los suyos. Con esa fuerza moral avanzan en su plan. Lo hacen desmintiendo que la ampliación de capital vaya a reforzar su control de la entidad. “Si ya lo tenemos”, aseguran en privado defendiendo que se actúa por el bien del CD Tenerife en una Liga cada vez más influenciada por las aportaciones de capital de los inversores. No solo eso, alejan hasta la fecha de su salida del club. “Igual nos quedamos más de lo que algunos se piensan”. El proyecto no se queda en el corto plazo.