Patrimonio
Cabildo y Obispado restauran el retablo de la Consolación de Santa Cruz de Tenerife
Gracias a los trabajos se ha descubierto que la obra probablemente sea más antigua de lo que se creía
Tenerife - Publicado el - Actualizado
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El Cabildo de Tenerife y el Obispado de San Cristóbal de La Laguna han presentado este jueves el resultado de las obras de restauración del retablo de Nuestra Señora de la Consolación, en la iglesia parroquial de San Francisco de Asís, en Santa Cruz de Tenerife. La rehabilitación ha supuesto inversión de 45.617 euros, financiada al 50 % entre ambas instituciones.
El director insular de Planificación del Territorio y Patrimonio, Emilio Fariña, destacó el trabajo “respetoso y exquisito” realizado por las restauradoras, “que permite devolver a la ciudad una de las manifestaciones de estilo barroco más importantes de la isla”. Asimismo, aseguró que este tipo de actuaciones “pone de manifiesto la necesaria colaboración que ha de existir entre el Cabildo y el Obispado de Tenerife, para proteger y conservar los bienes de titularidad eclesiástica que forman parte importante de nuestro patrimonio cultural e histórico”.
Fariña explicó que, con esta restauración, el Cabildo cumple con la Ley de Patrimonio Cultural de Canarias y con su compromiso de recuperar bienes eclesiásticos, “a fin de que la sociedad tinerfeña y la ciudadanía en general puedan acceder, con más garantías si cabe, a nuestro patrimonio cultural e histórico, que forma parte de nuestra identidad como pueblo y del cual nos sentimos tremendamente orgullosos”.
El delegado diocesano de Patrimonio Histórico del Obispado de Tenerife, Miguel Ángel Navarro Mederos, agradeció al Cabildo su contribución y apoyo, y destacó que, gracias a esta restauración, se ha descubierto que este retablo, “que siempre se ha fechado en el primer tercio del siglo XVIII, probablemente corresponda a la segunda mitad del siglo XVII”. Mederos también puso en valor “la generosidad y el entusiasmo de la ciudadanía, que nos han permitido acometer esta obra”.
Los trabajos de restauración se completaron en nueve meses (entre marzo y diciembre de 2021) y corrieron a cargo de las restauradoras Carmen Suárez Benítez y Lucía Irma Pérez González.
Durante su intervención, Carmen Suárez detalló que el retablo, enclavado en el primer cuarto del S. XVIII, procede del antiguo Convento Dominico de Nuestra Señora de la Consolación, que se destruyó en 1847 y donde actualmente se encuentran el Teatro Guimerá y la Recova Vieja.
En lo que respecta al estado en el que se encontraba el retablo, Lucía Irma Pérez explicó que presentaba daños en el soporte y la policromía. “El problema más grave era el debilitamiento de la estructura y los problemas mecánicos asociados a la acción de las termitas”, así como las alteraciones, deformaciones y añadidos que presentaba la estructura. “Para dar solución a estas patologías, llevamos a cabo una desinsectación y se devolvió la consistencia mecánica al soporte de la madera”.
A nivel estético, se le devolvió la apariencia original “y ha salido a la luz la recuperación y el esplendor original de la policromía, apareciendo jaspeados de colores cálidos, de influencia portuguesa”, continuó Irma Pérez.
El retablo tiene ocho metros de altura, cinco metros de ancho y 88 centímetros de profundidad realizados en distintos tipos de madera tallada, policromada y dorada, con corlas broncíneas en tonos verdes, azules y rojos. Se caracteriza por ser un retablo con traslado de origen, que ha sufrido alteraciones y adaptaciones en sus dimensiones para el lugar que ocupa en la actualidad.
La arquitectura presenta dos cuerpos con coronación y se divide en tres calles con tres hornacinas y un banco o predela con hornacina central. Mientras que el altar está realizado en mármol blanco.