Sociedad
Acoso escolar por homosexual: "Me tiraron por las escaleras y me esperaron abajo para darme patadas"
Elías sufrió durante dos años constantes agresiones físicas y verbales, pero el instituto no actuó
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El acoso escolar, también conocido como bullying por su término inglés, no es, por desgracia, ninguna novedad. Miles de alumnos han sufrido alguna vez algún caso de maltrato en las aulas por parte de compañeros de estudios.
Elías tiene 31 años y todavía recuerda con dolor los epidosios de violencia física y psíquica sufridos durante más de dos años en el instituto de Ravelo, en El Sauzal, hace ya más de 12. En los micrófonos de COPE Canarias ha relatado lo sucedido con el ánimo de poder ayudar a tantos niños y adolescentes que pasan por la misma situación.
Todo comenzó por mostrarse tal y como era. Elías es homosexual, pero en el instituto "todavía no era consciente de ello, sino que era afeminado". "Empezó por insultos y acabó por agresiones físicas", ha contado Elías. La situación llegó a un punto de que sus compañeros lo empujaron por las escaleras del centro y otros le esperararon abajo para darle patadas.
"Al principio intenté solucionarlo yo solo, estuve dos cursos intentando llevarlo como podía, pero al final tuve que contárselo a mis padres. Cuando se supo el caso, en el instituto no actuaron, se lo tomaron como un juego de niños", cuenta, añadiendo que solo contó con el apoyo de sus amigas. Su madre puso en conocimiento del centro lo que estaba pasando, pero no consiguieron resolverlo.
Así, tras dos años de sufrimiento, optó por dejar los estudios de bachillerato y marcharse a Inglaterra. También tuvo que dejar de jugar al fútbol porque sus compañeros no querían estar en el vestuario al mismo tiempo que él.
Elías manda un consejo muy importante para las familias: "A los chicos les pido que busquen apoyo sin miedo, porque muchas veces sentimos que vamos a decepcionar a alguien por contarlo; a los padres, que intenten estar pendientes de los pequeños cambios que experimenten sus hijos, porque suelen indicar que algo está pasando".