SUCESOS
El temporal marítimo deja daños importantes en Güímar y Candelaria
El sureste de Tenerife está siendo una de las zonas más afectadas en el archipiélago por el oleaje
Tenerife - Publicado el - Actualizado
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Las duras condiciones del mar durante la madrugada del miércoles provocó que los vecinos de Güímar y Candelaria vivieran una calma tensa desde sus domicilios. Las olas golpeaban contra muros, edificios; movían coches que estaban aparcados y esparcieron sedimentos rocosos por la calzada.
Sara Solanas contaba desde su vivienda para COPE Canarias que vivió el fenómeno costero mientras veía una película en su televisor a la una de la mañana, cuando, de repente, empezó a sonar el estruendo de las olas que desviaron totalmente su atención. Decía con un tono jocoso que,"había más acción desde su ventana que en la película". Su marido, que se encontraba durmiendo cuando ocurrió todo, llegó a despertarse al escuchar el sonido de las piedras rodando por la carretera.
En el mismo edificio, aunque desde el bajo, Natalia Cabrera, daba más detalles de lo que sucedió hasta las tres de la mañana: "en los 15 años que llevo aquí, nunca había visto un oleaje como este". Dos coches aparcados que se desplazaron hasta la mitad de la carretera, el alcantarillado que no podía succionar el agua que se acumulaba en la superficie y lo más peligroso, se dio en la zona del malpaís, en unas cuevas que fueron constantemente golpeadas de forma directa por la ferocidad del océano, llevando al mar los enseres que había dentro.
El caso más sorprendente se produjo en Candelaria, en una vivienda con 124 años de antigüedad ubicada en la calle Obispo Pérez Cáceres, que amaneció con dos habitaciones y una azotea menos. Sus propietarios tuvieron la relativa suerte de no enterarse durante la noche de lo que estaba ocurriendo con su hogar. No fue hasta varias horas más tarde, que Carlos León, recibió la llamada de su madre explicándole el estado de la casa. Inmediatamente, salió del trabajo para verificar cómo se encontraba el inmueble y, por supuesto, estar con sus familiares en un momento tan delicado
Carlos contaba en COPE Tenerife que esta es la segunda vez que sufren una pérdida del edificio por culpa del mar. La primera se produjo hace tres años, y derribó una escalera que daba a la playa. Aunque, en esta ocasión, dos habitaciones y una azotea han terminado de limitar aún más el hogar de su familia, que se encuentra a unos escasos "5 metros de la playa con la marea baja".