Cantabria va recuperando la normalidad

Más de 150 incidencias continúan abiertas en Cantabria por el temporal y las fuertes inundaciones que ha sufrido la comunidad, que incluyen carreteras cortadas, dos pueblos asilados y suministros básicos interrumpidos.

En el área de Unquera lo que más preocupa son tres bloques de viviendas en los que residen 60 familias que no tienen luz y donde están trabajando bomberos del Servicio de Emergencias 112.

En la zona de Cabezón de la Sal no hay agua potable en Ruente y tres carreteras están cortadas: la CA-850 en Treceño, la CA-180 en Ruente y la CA-281 en Puente Nansa-Piedrasluengas.

Preocupa a los servicios de emergencias la CA-803 en Villasuso, que está cortada, como también la N-611 en Los Corrales.

Ahora mismo en Torrelavega trabajan bomberos y una sección completa de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

En la zona Oriental permanecen abiertas tres incidencias. Hay dos carreteras autonómicas cortadas en Soba, la CA-669 y la CA-662, lo que ha dejado aislados a dos pequeños pueblos de Soba, Las Rozas y Fresnedo.

Finalmente, en la zona Norte hay siete incidentes, de los que cuatro corresponden a carreteras cortas y el quinto a la línea de FEVE de Cabezón, también cortada.

PRIORIDADES PARA LAS PRÓXIMAS HORAS.

El Gobierno ha informado que sus prioridades para las próximas horas es la atención de incidentes que involucren a las personas, resolver las afecciones a carreteras y ferrocarriles, suministros de electricidad y agua, y ayudar a las personas en la recuperación de sus bienes, industrias y ganaderías.

Desde el punto de vista de los bienes, la Guardia Civil hará un inventario de las necesidades más importantes en los lugares más afectados, es decir, Suances, Molledo, Arredondo, Mazcuerras, Ruente, Ampuero, Val de San Vicente y Unquera.

El helicóptero del Gobierno de Cantabria volará por la mañana por la zona de Los Corrales, Cabezón y Unquera para hacer un diagnostico de la situación y se pedirá a Guardia Civil un inventario de industrias afectadas.