FERIA TAURINA DE ALBACETE
Y la alternativa de Molina llenó la plaza hasta la bandera
José Fernando cortó una oreja, igual que El Juli. Roca Rey logró el doble trofeo en el mejor toro del encierro de Daniel Ruiz
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Porque ponerse a discutir sobre la repercusión de los toros en la ciudad es perder el tiempo. El impacto económico directo e indirecto de la Feria taurina es claro y meridiano. Porque la Feria, la taurina y la otra, son dos vasos comunicantes. Ya lo hemos escrito con anterioridad: las dos ferias, que en realidad son una, se necesitan y se retroalimentan. Porque si vienen varios millones de visitantes a nuestra Feria, la plaza tiene que ser parada obligatoria.
Y el cartel de este jueves fue una cita marcada en rojo en la agenda de muchos albacetenses. Se dieron cita en el tendido un gran conjunto de sensibilidades que escribieron cada una de las letras del “no hay billetes”. Y ahí es donde surge una pregunta: ¿en cuantas plazas de similar categoría se ha colocado el mismo letrero? Porque Albacete sigue siendo un tesoro y nuestra obligación es mantenerlo. El rosal de afición hay que cuidarlo y regarlo. Abonarlo con mimo para que su aspecto sea fresco y renovado. El más que centenario coso de la calle Feria merece la unión de todos para mantener activo y en forma su fortaleza de espectadores.
Porque se veía que había aficionados que buscaban su asiento a las seis y pico. Otros, presenciaban cómo Molina se convertía en el matador número 68 de la historia taurina de Albacete. El Juli mostró el oficio que atesora tras estos casi 25 años como matador. Y Roca Rey, que con su vuelo atrapó el doble trofeo, con un toreo fácil y comercial.
La corrida de Daniel Ruiz fue noble de título, obediente en la muleta y blanda. Sin ese poder y fortaleza, no hubo continuidad excepto en el de Roca, donde el peruano muleteó a su estilo tan particular. Roca reclama, Molina ilusiona y Albacete responde.