La apicultura más cerca de ser Patrimonio Cultural Inmaterial

La apicultura en España ha iniciado el camino para convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial, al menos el Ministerio de Cultura ha iniciado los trámites de esa declaración, según recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE) en su edición de este sábado, que publica la resolución aprobada el pasado 7 de noviembre por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, por la que se incoa expediente para ese reconocimiento. 

Los argumentos esgrimidos por el departamento de Ernest Urtasun para conceder esa declaración pasan por considerar a la apicultura como "una práctica viva, presente en múltiples regiones del territorio español, con continuidades y cambios entre la apicultura tradicional y moderna". 

Se trata de "una actividad profundamente vinculada al territorio, con lo que posee fuertes valores de carácter identitario y de gestión territorial", que va acompañada de "rituales, festividades, creencias, valores, oficios y formas de vida, y de gobernanza de los recursos materiales". Sin olvidar sus "beneficios ecosistémicos tanto para la polinización y el mantenimiento de la biodiversidad como para la detección de las modificaciones producidas por el cambio climático" -añade la resolución.

Al presidente de la Asociación de Apicultores de Guadalajara, Ángel Marco, no le hacía falta leerse el documento para entender las razones por las que poner en valor la actividad apícola y a los profesionales que la desarrollan, pero lo ha hecho y agradecido lo que supone. 

"Aparte de una tradición, la apicultura tiene muchos valores en la sociedad desde hace mucho tiempo", ha señalado, considerando que "conservar las tradiciones o la apicultura es un valor patrimonial que tenemos que guardar todos".

Y aunque, según ha asegurado, el valor de la apicultura de Guadalajara "siempre ha estado reconocido", no está de más "que todo el mundo sepa que hay una apicultura muy importante en España", destacando como buena muestra de ello la existencia "de pinturas rupestres muy antiguas en la zona de Valencia".

En cuanto a la amenaza del cambio climático, el representante de los apicultores guadalajareños ha señalado que su sector es "referente, porque somos los primeros que lo sufrimos".

En este sentido, ha explicado que, más allá de los temporales de lluvia que "siempre ha habido más o menos", el aumento de las temperaturas, "con inviernos más cálidos", está afectando notablemente a las colmenas, "y lo notamos por la enfermedad de la varroa, porque, al aumentar la temperatura, hay más cría durante todo el invierno y eso nos está afectando mucho".

En definitiva, con el mayor número de apicultores de toda Castilla-La Mancha, la provincia de Guadalajara está de especial enhorabuena por la nueva andadura recién comenzada hacia la declaración de su sector como Patrimonio Cultural Inmaterial. 

Por eso, a pesar de que, tal como ha apuntado Ángel Marco, "tenemos menos colmenas, tenemos 40.000", tocando de media a "unas 80 colmenas por apicultor", la actividad apícola de la provincia es potente y muy reconocida a nivel nacional e internacional.

"En el párrafo que han escrito se nombra la Alcarria y la miel de Guadalajara", ha subrayado, haciendo hincapié en que se trata de "la primera Denominación de Origen: es la mejor del mundo, por nuestro suelo, por nuestra vegetación de plantas que tenemos alrededor y todo eso influye en los sabores que tiene nuestra miel de espliego, de romero, y al paladar de las personas les esté tan buena". 

Para finalizar, el presidente de la Asociación de Apicultores de Guadalajara ha expresado su satisfacción de que la apicultura de la provincia contribuya a una importante labor común, "por la sociedad en el ecosistema".