Caraca, la ciudad carpetano-romana de Driebes, quedará protegida como BIC
Ya ha comenzado la tramitación del expediente para declarar Bien de Interés Cultural al yacimiento del Cerro Virgen de la Muela y su área arqueológica
Guadalajara - Publicado el - Actualizado
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El yacimiento del Cerro Virgen de la Muela y su área arqueológica, en Driebes, ha iniciado la andadura para obtener oficialmente la declaración de Bien de Interés Cultural, BIC, con la categoría de zona arqueológica, tras la publicación en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM), el pasado 9 de febrero, de la resolución de la viceconsejería de Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades por la que se inicia el expediente para conseguirlo.
Para el director del proyecto de investigación de la ciudad carpetano-romana de Caraca, que es pieza protagonista del complejo driebero, Javier Fernández Ortea, es "una gran noticia", porque se trata de conseguir "la máxima categoría de protección jurídica hacia un bien arqueológico, en este caso, e implica mayor sensibilidad hacia él, en el sentido de que cualquier obra, remoción de tierras, incluso cartelería o publicidad requiere que tenga un plan especial de protección y a nivel paisajístico".
Además, esta figura de protección permite "que pueda acogerse a subvenciones nacionales como el 1,5 por ciento cultural".
Lo cierto es que la declaración como BIC para el área arqueológica de Driebes responde, tal como ha explicado el investigador, a la gran riqueza del territorio, ya que "tiene materiales desde el Paleolítico hasta época tardo antigua y visigoda, o sea que, aunque es verdad que el principal bien y más relevante es la ciudad romana de Caraca, tiene elementos del Paleolítico, de la Edad de Bronce, un oppidum carpetano".
"Es un área con tanta riqueza y en una secuencia cultural tan prolongada en el tiempo que merece esta especial consideración", ha subrayado.
En este sentido, Fernández Ortea ha recordado que cuando comenzaron sus investigaciones sobre el terreno en el año 2016, con la intención de "hacer un estudio monográfico, sistemático, del Cerro Virgen de la Muela en relación a la tesis del compañero Emilio Gamo, que es codirector del yacimiento", enseguida se percataron de las enormes posibilidades que presentaba el yacimiento "por la cantidad y densidad de materiales que había en superficie, y por lo relevantes que eran, como sillares de más de dos metros, columnas reutilizadas en la ermita", es decir, indicadores de que no se trataba de un yacimiento al uso, "sino claramente de un espacio en el que había edificios públicos romanos".
Para constatar aquellos primeros acertados indicios, se lanzaron a realizar "por un lado, un peritaje en superficie para sectorizar el espacio y ver qué funciones podían tener y, por otro lado, hicimos un georradar, que es un análisis del subsuelo para poder valorar las estructuras que se veían en esta cartografía". Trabajos que, según el director de Caraca, arrojaron hallazgos que desbordaron las expectativas del equipo, "porque, en lugar de una mansio, una parada en el camino, encontramos toda una ciudad romana, con su foro, con su cardo, su decumano, con sus termas, con sus posibles espacios de mercado; luego en 2019 hallamos un acueducto".
Y es que, esta ciudad, que está entre Complutum y Segóbriga, curiosamente a 40 kilómetros de ambas ciudades, "es una parada en este camino, en este complejo mosaico de la romanización del interior peninsular, con lo cual sería un lugar de paso entre dos grandes ciudades", quedando perfectamente demostrado "su importante papel en lo que fue la romanización, convertir a los indígenas en romanos".
En definitiva, hasta este momento los trabajos arqueológicos en Driebes han permitido descubrir "muchas cosas, no solo de la ciudad sino también del extrarradio", ha indicado Javier Fernández Ortea, apuntando incluso los diversos proyectos de intervención puestos en marcha para conocer el propio asedio, del que se han encontrado "balas de honda de Quinto Sertorio del año 77 antes de Cristo", sin olvidar que también se ha obtenido mucha información "de otras villas que hay asociadas a la ciudad, incluso de un monumento funerario de 80 metros cuadrados a las afueras".
Sin embargo, este doctor en historia y arqueología por la Universidad Complutense de Madrid tiene muy claro que, a pesar de lo ya descubierto, "está todo por hacer", ya que -ha aclarado- "conocemos el plano de la ciudad, pero en realidad esto es como tener una radiografía y necesitamos después hacer cirugía para conocer la funcionalidad de estos espacios".