Así quedan los ayuntamientos de la provincia que estaban pendientes de pactos y acuerdos

Con el fin del bipartidismo hace años quedaron atrás los tiempos en los que las jornadas electorales finalizaban la noche electoral. Los pactos y acuerdos de última hora han llevado a los grupos políticos a trabajar a contrareloj y algunos ayuntamientos de la provincia de Ávila se decidían incluso en la madrugada del sábado a pocas hora de los plenos de investidura.

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Finalmente esta es la fotografía final de cómo han quedado esos municipios abulenses que estaban pendientes de acuerdos.

EL PP gobernará finalmente en Piedrahita y San Bartolomé de de Pinares. También en La Horcajada donde los populares han hecho coalición con Nuestra Tierra y en La Adrada, gracias al apoyo del Partido Socialista y Por La Adrada.

En Guisando, un acuerdo entre PP, PSOE y Por Ávila permitirá un Gobierno repartido, los dos primeros años de legislatura serán para el PSOE Y los dos restantes para el Partido Popular.

El presidente del PP de Ávila, Carlos García, mostrado su satisfacción por una provincia teñida de azul, donde el PP tendrá el bastón de mando en 190 municipios de los 248 que la componen.

Gracias a estos acuerdos de última hora el PSOE, además de gobernar en Guisando durante la mitad de la legislatura, también ha conseguido los ayuntamiento de Casavieja y El Herradón.

En cuanto a Por Ávila gobernará en solitario en pueblos como Mombeltrán o Cuevas del Valle y necesitarán pactos de legislatura en otros como El Tiemblo o Tornadizos, donde han ganado pero con mayoría simple.

El presidente del partido, José Ramón Budiño, ha explicado que han dado libertad a los candidatos de la provincia para que gobiernen con quien ellos consideren oportuno porque “mejor que ellos no hay nadie que conozcan la realidad de los municipios”.

Esta es la fotografía final de la provincia. En Ávila capital gobernará con mayoría simple Por Ávila, a expensas siempre de pactos y acuerdos puntuales de legislatura, para los que el alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera tendió en varios ocasiones la mano a los grupos de la oposición, durante su discurso de investidura.