Ávila
Un científico advierte de “riesgo muy evidente de extinción” en El Castañar de El Tiemblo
El Científico del CSIC, José Antonio López alerta a la Reserva Natural del Iruelas que el castañar de 3000 años de antigüedad, es altamente vulnerable y con riesgo de extinción
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El científico del Centro Superior de Investigaciones Ciéntíficas (C.S.I.C.), José Antonio López Sáez ha hecho llegar una carta a los responsables directos de la conservación de esta parte de la Reserva Natural del Valle de Iruelas y hecha pública a través de redes sociales.
Como autor del trabajo que demuestra que el Castañar de El Tiemblo tiene, al menos, tres mil años de antigüedad y que se trata de un bosque autóctono y natural, manifiesta su “más que profunda preocupación” por el bosque y pide un urgente y decidido cambio de gestión “ante la posibilidad, cada vez más cercana, de que los daños a este bosque único y milenario sean irreparables”
El estudio científico,(!) publicado en 2017 y realizado a partir de un registro sedimentario fósil obtenido en una turbera localizada en el Castañar de El Tiemblo, ha demostrado la supervivencia de este bosque emblemático durante, al menos, los últimos 3.000 años, pero también su enorme sensibilidad frente a perturbaciones. Apuntan en su carta que “ si bien este bosque ha mostrado ser resiliente durante más de tres milenios, nos tememos que las presiones y perturbaciones que sufre, actualmente y de unos años ahora, lo están convirtiendo en un bosque altamente vulnerable y con un riesgo muy evidente de extinción”
En la citada carta aseguran que “El castañar de El Tiemblo aúna unos valores ambientales únicos, una singularidad botánica y faunística sin parangón a nivel peninsular y europeo e incluso en el ámbito de toda la Región Mediterránea Occidental”, pero que en los últimos años han podido constatar hechos como la degeneración progresiva de la cobertura forestal, o la pérdida de flora “a una velocidad sorprendente”. Estas afirmaciones, quedan además ilustradas con una referencia a la fuente de su propio trabajo “que se basó en una pequeña turbera que en su momento localizamos en el seno del castañar, y que años más tarde no nos ha sido posible volver a localizar. Esta turbera, cuyo ecosistema está protegido al amparo de la Red Natura 2000, desapareció, y mucho nos tememos, el registro fósil así lo demuestra, que su ubicación en una zona altamente frecuentada por la masificación turística, ha sido la razón de tal desaparición, la misma que puede conducir a la extinción del castañar de El Tiemblo, también protegido al amparo de la directiva europea”, tal y como han explicado desde la Asociación Salvemos El Castañar.
“El Castañar de El Tiemblo es un espacio natural muy singular, que de ninguna manera merece ni puede ser tratado como un espacio natural más, ya que es imprescindible que se atienda a su singularidad, fragilidad y reducida extensión” afirman, y apuntan que “es necesario que con urgencia se tomen medidas preventivas para su salvaguarda; no se pueden seguir manteniendo muchas de las actividades que actualmente se desarrollan tranquilamente en este bosque singular como si no pasara nada: es un bosque único no un lugar de esparcimiento turístico ni de recogida otoñal de castañas, no es una ruta senderista de paso y mucho menos una vía para ciclistas incontrolados”.
Dirigiéndose a los responsables de la conservación del bosque, a los que se ha enviado la carta, les indican que “existen modelos de gestión que compaginan el uso turístico limitado del espacio natural, con la conservación del mismo, permitiendo asimismo estudios de investigación que nos ayuden a comprender mejor su funcionamiento, estructura y pautas de conservación asumibles; y que paralelamente, sirven de impulso económico y social a las zonas en las que se encuentran”.
Y finalmente, insisten “ este bosque único ha tenido una larguísima y milenaria historia de resiliencia, de supervivencia, pero su presente y su futuro son muy preocupantes en el estado actual referido a las presiones que sufre y su gestión sostenible. Es necesario que con urgencia se tomen medidas preventivas para su salvaguarda”
Desde la Plataforma Salvemos el Castañar de El Tiemblo, dicen haber encontrado en el citado estudio, un argumento más, y de mucho peso, para pedir ya, sin más esperas la protección efectiva del bosque mediante un cambio de gestión como el que se solicita en la citada carta. Dicen que “sería imperdonable que en 30 años, acabásemos con lo que ha sobrevivido milenios”. Además, no es la primera vez que desde el mundo científico se hacen estas advertencias: “también el informe del Dr. Gallardo Lancho del año 2017 mostraba su preocupación por el Castañar e instaba a tomar medidas”.
A ese respecto, señalan que hay que hacer otra gestión esta parte de la Reserva Natural si se quiere hacer compatible su uso con su conservación. La Plataforma ciudadana sostiene desde sus inicios, que un modelo similar al del Hayedo de Montejo, con visitas con cita previa, aplicando programas de educación ambiental y favoreciendo estudios de investigación sobre el bosque para un mejor conocimiento y conservación del mismo, puede además servir de motor de desarrollo económico y social.
Respecto a los últimos anuncios que se han hecho referidos a la gestión del bosque, dicen valorar de forma positiva la reciente incorporación de un técnico, pero expresan su desconfianza sobre la efectividad de la medida: “Que los fines de semana haya un técnico a la entrada del Castañar, está bien, pero son tiritas para una herida por la que te estás desangrando. Muy poco puede hacer un sólo técnico ante la gran cantidad de visitantes.” . Por otra parte, también constatan un cambio de discurso, “de negar que ocurriera nada en el Castañar, ya se habla por parte del Ayuntamiento de El Tiemblo de “máxima preocupación y de controlar cualquier impacto que pueda alterar el espacio”, pero sin embargo, este año se aumentan de 50 a 150 los vehículos que pueden estar de forma simultánea en el Castañar y se elimina el control en los días de diario durante el otoño. No parece que lo que se dice y lo que se hace vaya por el mismo camino”.
“La realidad, es que pasan los años, y ante la presión de decenas de miles de visitas en un espacio de 1.34 kilómetros cuadrados, se va “parcheando” ante el indiscutible deterioro del Castañar. Es inadmisible que las cosas sigan así en un espacio teóricamente protegido como Reserva Natural y perteneciente a la Red Natura 2000. No hay más tiempo que perder” - señalan.