En el Día Mundial de los Refugiados, Diego cuenta en Cope su historia

¿Imaginas tener que salir de tú país para salvar tú vida y la de tú familia? Una situación así es precisamente la que han tenido que sufrir las 135 personas que en lo que va de año han sido atendidas por el programa de atención a personas refugiadas de Cruz Roja en Ávila. Este martes, 20 de junio, se celebra el Día Mundial de los Refugiados.

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En Cope Ávila hemos conocido la historia de Diego Fernando Monsalve, que hace seis meses se vio obligado a huir de su país Colombia, con su mujer y sus tres hijos de 19, 16 y 8 años. Con lo puesto y por cuestiones políticas. Diego nos ha relatado que durante 23 años perteneció a la policía colombiana y lo que en un principio era un privilegio se convirtió en su peor pesadilla, hasta el punto de verse obligado a abandonar su país.

Diego no tiene más que palabras de agradecimiento para el trato recibido en Ávila durante este medio año (PUEDES ESCUCHAR AQUÍ LA ENTREVISTA COMPLETA EN COPE ÁVILA).

Aunque asegura “extrañar” su país, Diego asegura que ahora mismo ni puede, ni debe regresar a Colombia. Sus planes, por el momento, son rehacer su vida y la de su familia en Ávila, incluso se ha hecho voluntario de Cruz Roja Ávila.

De las 135 personas refugiadas que este año ha atendido Cruz Roja Ávila, la mayoría proceden de Colombia, Ucrania, Venezuela y Perú. Beatriz Vaquero, técnico de Cruz Roja y referente del programa de Atención a Personas Refugiadas, nos ha recordado que los refugiados “pueden proceder de cualquier parte del mundo obligados a huir de su país de origen para salvar su vida por cuestiones muy diferentes, que pueden ir desde la guerra, a condiciones de género, orientación sexual o ideología” (ENTREVISTA COMPLETA AQUÍ).

Si hablamos de refugiados, el caso más reciente que se nos viene a la cabeza es el de los refugiados ucranianos. Durante la fase de emergencia humanitaria Cruz Roja atendió en Ávila a más de 200 personas procedentes de Ucrania. Muchos ya han regresado a su país o a otros vecinos pero algunos, 34 por el momento, han decidido quedarse en nuestra provincia.

Estos más de treinta refugiados ucranianos que se han quedado en la provincia han logrado ya tener un nivel de castellano suficiente para poder vivir aquí de forma autónoma y ahora, como nos ha contado Beatriz Vaquero, se encuentran en fase de búsqueda activa de trabajo.